» Comienza la cuenta atrás VIII


El sendero no tiene fin. Un largo camino me espera antes del despertar definitivo. La cuenta atrás ha comenzado y aún no sé si seré capaz de enfrentarme a todos mis demonios. Ojalá pueda sacar fuerzas de flaqueza y continuar en pie, caminar y caminar hasta el infinito y llegar más allá de todo horizonte. Es difícil continuar adelante cuando sabes que tu pasado te está persiguiendo. Es difícil continuar hacia adelante cuando sabes que jamás podrás liberarte de las sombras. Es complicado, sí. Mucho más de lo que pensaba. Y es que por mucho que intente frenarlo, es siempre la misma historia. Las agujas del reloj jamás se detendrán, jamás volverán a ser lo que eran. Jamás irán hacia atrás.

Tic, tac, tic, tac. La cuenta atrás ha dado comienzo y ya cesará. Algo en mi interior ha cambiado. Algo en mi interior va a salir y ver la luz del sol. Algo está apunto de suceder. El camino, eternamente infinito, jamás se disipará. Ya no hay lugar para la batalla. Ya no hay lugar para las lágrimas. Estoy cerca, muy cerca, de poder conseguir mis objetivos, de poder quitarme esta venda cegadora y encontrar la auténtica verdad. No obstante, una nueva pregunta emana de lo más profundo de mi mente. ¿Cuál es esa verdad que estoy buscando? ¿Cuándo será revelada? ¿Podré confiar en ella? ¿Será auténtica? Tantos engaños y tantas malas jugadas que ya no estoy segura de en quién o en qué puedo confiar. ¿Cómo será revelada esa verdad? Eso también es un misterio.

Tic, tac, tic, tac. La cuenta atrás ha comenzado. Y jamás se detendrá.

Debo de despojarme como sea del temor y de toda aquella inseguridad que me hace dar un paso atrás. Debo de reunir todo el valor y coraje posible para poder descargar sobre el objetivo correcto mi ira. Ya no puedo esperar el momento para ver realizada mi venganza. Estoy caminando por el sendero correcto. Este es el camino que he elegido. Este es el camino verdadero. Este es el camino que me llevará a la total esperanza. Ya no derramaré ni una lágrima más. Soy fuerte. Soy poderosa. La cuenta atrás está viendo la luz. Algo sucederá muy pronto. Un acontecimiento inédito. Un acontecimiento que cambiará el rumbo de la historia, de mi historia.

El sendero es rojo, como la sangre que se derramó en el altar en otra vida pasada. El sendero es carmesí, como el color de mi cabello. El sendero es fuego, como la pasión que arde dentro de mí. Tic, tac, tic, tac, tic, tac. Sonrío con soberbia. Ahora soy yo quién hace girar las manecillas del reloj. Ha llegado la hora, mi hora. Al fin podré descubrir qué es lo que se oculta más allá de los horizontes prohibidos. Podré ser yo y solamente yo quién descifra la verdad. No tengo miedo, ya no puedo tenerlo. Me encuentro en mitad del sendero carmesí, el sendero de la verdad, el sendero correcto. Este es mi camino. Este es mi reino. La cuenta atrás ha comenzado. Nada ni nadie podrá detenerme ahora.

Ya no hay lugar para el miedo. Ya no hay lugar para las preocupaciones. Sí, así es. Debo de confiar en mi misma. Debo de reunir el coraje necesario para hacer lo que debo, lo que mis sentimientos me han impuesto sobre mi razón. Y mientras afirmo en mi cabeza mis objetivos, mi mirada se pierde en el horizonte infinito. Ese bello y granate horizonte que me espera con los brazos abiertos. La brisa del lugar caricia mis mejillas y me impulsa a seguir adelante con firmeza y sosiego. Sé que lo que estoy haciendo es lo correcto. Esto está bien. Y es más, las voces en mi cabeza también me animan en continuar hacia adelante. Con ganas, con fuerza, con decisión. Este es mi momento. 

Tic, tac, tic, tac. La cuenta atrás ha comenzado. Y jamás se detendrá. ¿Cuál será el siguiente paso hacia mi liberación? ¿Qué es lo que me esperará realmente más allá del rojo horizonte?

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