
Todo se ha desvanecido. Mis ansias de vivir se han desvanecido. Todas mis ilusiones han muerto. ¿Qué nos ha pasado? ¿Por qué ya no siento arder este fuego que poseo en mi interior? "Etapas. Es sólo una etapa", me dijo aquella sutil y cálida voz. "Etapas". Todo se había vuelto negro. Todo se había convertido en pesadilla. Vacío. Ya no quedaba nada en aquel lugar mágico y secreto. ¿Qué es lo que había sucedido? No consigo recordar. Todo lo fuiste para mí, absolutamente todo. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Distancia? ¿Desinterés? Quién sabe. De lo que no quise percatarme fue de que esa maravillosa "etapa" estaba llegando a su fin.
Poco a poco, sin yo quererlo, me iba consumiendo por tus palabras, por tus acciones. Toda aquella luz que irradiabas empezó a convertirse en fría oscuridad. Me apagabas poco a poco sin yo darme cuenta. Y cuando quise abrir los ojos, ya era demasiado tarde. Me había marchitado. Me había convertido en todo aquello que detestaba. Habías proyectado en mí todo lo que tratabas de ocultarme, y el resultado fue mi completa destrucción.
¿Cómo había permitido que esto ocurriera? ¿Cómo no era capaz de ver las señales desde el primer momento? ¿Aquellas que me indicaban que todo iba a salir mal? Por mucho que intente mi memoria retroceder en el tiempo sigo sin hallar las respuestas a mis preguntas. No consigo visualizar en mi mente aquellos pequeños detalles que me ayuden a seguir adelante en este mismo instante. No puedo escapar de estas circunstancias. No puedo encontrar una solución que nos beneficie a ambos. ¿Cómo he permitido que esa etapa dorada llena de felicidad se torne a... esto?
Todo se había desvanecido. Oscuridad. Las motivaciones murieron, y con eso... tú. El fuego había dejado de quemar. Ya no quedaba nada. ¿Nada? Puede que me equivocara. Puede que sí quedara un único lugar al que podía ir. ¿Ir a qué? A esperar. A esperar a que la etapa oscura llegara a su fin. Un lugar al que siempre solíamos escapar y refugiarnos. Aquel lugar olvidado. ¿Qué fue de él? Ah, sí... Vacío. Sin yo quererlo me encontré en aquel lugar secreto a orillas del lago, esperando a que sucediera un milagro.
La cuenta atrás había dado comienzo. Todos mis recuerdos contigo se estaban desvaneciendo. Una nueva era estaba apunto de comenzar. Iba a tener lugar un gran acontecimiento inesperado. Sí, así es. Aquella etapa en la que tú eras protagonista de mis sueños iba a finalizar pronto... al fin. Todo se iba oscureciendo más y más a cada segundo que pasaba. La cuenta atrás iba a poner fin a la pesadilla. Era entonces cuando debía de darme cuenta de la realidad, de la nueva realidad que iba a vivir. Todas esas preguntas que se formulaban en mi cabeza debían de cesar. El por qué de nuestra vida juntos, de los motivos que nos llevaron a destruirnos mutuamente... todo, carecía de importancia. La cuenta atrás había comenzado. Era lo único que importaba ahora. Y había acudido a nuestro lugar secreto para dar el último adiós definitivo.
Ya no había vuelta atrás.
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¿Confesarás tu pecado, intruso?