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La caja de Pandora
Gracias a él cometí mi mayor error. Gracias a él acabé aquí con sed de sangre y odio profundo hacia los hombres. Una agridulce condena que se convertiría en Eterno. Al llegar Él al mundo gobernado por hombres trajo consigo una pequeña cajita cuadrada  y dorada con adornos antiguos junto con dibujos y texturas tallados y pequeños rubíes valiosos casi invisibles para el ojo humano. Incluso su propia llave a juego poseía.Mis ojos no podían dejar de observar esa belleza insólita, esa belleza maldita y reluciente. El contenido de esa caja era todo un misterio y todo el mundo le tenía respeto y temor a la vez. Por aquel entonces no entendía el por qué hasta más adelante, pero no conseguía comprender tampoco cómo algo tan pequeño, frágil y hermoso podía infundir tanto terror en las personas. ¿Acaso algo tan pequeño podía causar grandes males? No, no podía. Simplemente aquella afirmación sonaba a pura ciencia ficción. ¡Oh, pero pobre de mí que no era consciente de la realidad!  ¡Oh, pero pobre de mí que no era capaz de imaginar toda la verdad que se escondía dentro de esa caja!

Bajo sus encantos me tragué su falso amor. Me rendí ante esas miradas complacientes y entregué el cuerpo abierto a la ilusión, a la mentira, a ese salvador endemoniado. Su caja me hechizó para cometer locuras prohibidas, de las cuales más tarde me arrepentiría para siempre. En una noche de pasión me prometió la eternidad y la unión. Nuestro símbolo, aquella enigmática cajita. Tan sólo, después de todo lo que había conseguido, después de haberme convertido en la reina de ese mundo, tenía que evitar caer en la más crueles de las trampas. Y aún en la más profunda soledad, en la noche más oscura, puedo escuchar entre susurros sus claras palabras. Aquella caja que encarcelaría mi alma para siempre. Aquella caja que se convertiría en mi tumba, mi cárcel, mi nuevo hogar, mi  renacimiento, posiblemente.


No la abras bajo ningún concepto, Pandora.


O todo por lo que habíamos luchado se desvanecería. Esa fue su única orden. Caja atrevida, Caja maldita. Caja llena de veneno. Insinuante, me hiciste caer en la tentación. La acaricié con dulzura y sumo cuidado como si se tratara del objeto más frágil en este mundo. En ella mi corazón lleno de amor condenado residía. Mi alma, la cuál marchitaron horas después. Suave tacto. Brillante. Ansiosa. Sólo sería una rápida miradita, nada más. ¿Y después?. El mundo se desvanecería para siempre. Mis finos dedos la abrieron y toda la verdad salió a la luz. Sus propósitos, las mentiras, mi misión, mi tortura, mi condena eterna. Pecado. Mujer perversa. Ahora yo era la que representa el mal y el pecado, y aún así, todos me desean. Un pacto con sangre selló la unión entre la caja y yo. Ahora era mía. Yo su servidora y ella mi dueña. Me llevaría a un lugar inédito y oculto al que nadie más podría alcanzar. Toda la verdad sería revelada y todos los sentimientos saldrían a la luz. Transformación de nuevo del hombre. Mi perdición.

Él me vio con ojos enfurecidos. Puños haciendo fuerza sobre mi cuerpo y miedo recorriendo mi ser. Insultos y súplicas. La curiosidad realmente mató al gato. En un instante un grave error que cambió el mundo gobernado por los hombres y mi destino. Yo condenada al destierro en alma, pero él, suicidio. Una nueva era de Renacimiento estaba apunto de abrirse paso por este universo maldito.

Ahora esa caja bien cerrada conmigo se hallaba para toda la eternidad. Por eso no camino sola por este hermoso sendero manchado de sangre. La misteriosa caja de Pandora oculta un secreto oscuro. Un alma, un corazón. Delirios. Una respuesta y una salida, posiblemente. Otra alternativa. Arrebato. La caja de la condena. ¿Quieres mirar dentro?. Intenta abrirla y todo un universo nuevo encontrarás en su profundidad sin limites, en el interior. Así pues, intenta entender mi mente, mi locura. Así pues escucha atentamente toda la historia, toda la verdad, porque si no lees con atención no serás capaz de comprender nada de lo que te diga. Pues si no lees con atención no serás capaz de resolver este rompecabezas y unir todas las piezas en el lugar correspondiente. Deja que el recuerdo invada tu mente. Permite que aquellas palabras del pasado te calen los huesos y siente mi propio dolor. ¿Acaso podrás soportarlo?

No te acerques a la caja. No la toques. No la mires. No te atrevas a abrirla o volverás a desatar la desgracia. Aquí empezó mi locura.





El jardín del Edén
Escondido paraíso que sólo los seres como yo podemos alcanzar. Extenso. Secreto. Misterioso. Dentro de la caja. Un lugar donde el tiempo es agradable y eterno. Y es que a veces tengo la sensación de que ese tiempo se detiene, se congela. Simples instantes. Sin límites. Sin orden. Romántico. Duradero. Placentero. Divertido. Soledad. Naturaleza por doquier. Libertad. El mejor rincón que puede existir. Sueños. Fantasías. Un lugar sólo para mí. Porque es posible que este Edén sea un regalo por todo este sacrificio que llevo como carga sobre mis hombros. 

Delirios. Delirios que me consumen poco a poco, pero ahí  está este paraíso para liberar mi alma. Caminando por un sendero de lirios rojos, de lirios ensangrentados me encuentro. Escucha atento porque yo soy su reina. Y es que hay ocasiones en las que pierdo por completo la noción de la realidad y siento que mis recuerdos se desvanecen poco a poco. ¿Acaso eso me importa realmente? Me encuentro aquí, en el paraíso, más allá de las puertas del Edén, tomándome una taza de caliente té. Aquí siento paz. Aquí siento como cada rincón de naturaleza me susurra, me arropa y me protege de todo mal. Un enigmático lugar que esconde grandes secretos y que jamás podrá ser mancillado. Un lugar de ensueño donde los árboles y las hierbas cambian de color según mi estado de animo. Un paraíso al que poder llamar hogar y poder convertirme en uno con él. El honor de poder explorar cada rincón y poder experimentar nuevas emociones gracia a su esencia. Poder ser la invitada especial de todas sus fronteras, tomar de su fruto prohibido y convertirme en la dueña de su propio pecado. 


Luna que me vigila desde lo más alto, ¿acaso tú escondes los secretos del Edén?


Cuando abrí los ojos ensangrentados y aquí me hallaba. Un profundo y hermoso jardín del que solo yo soy dueña. Un paraíso lleno de mágia y sentimiento. Grandes árboles, profundos lagos. Cascadas heladas que acarician mis senos. Viento que susurra a mis oídos palabras ocultas. Luna que escucha. Sol que brilla. Verde y fresca hierba. Laberinto de flores de todos los colores. Atardeceres en compañía de sus gorriones. El anochecer que alimenta mis pensamientos de lascivia. Desorden. Hogar. Naturaleza que nunca te permite estar sola. Frutos jugosos. Cuevas encantadas. Bosques misteriosos. Mi Edén perfecto. Lugar de los delirios. Lugar de pasión. Jardín que nunca se marchita. Maravillas prohibidas. Animales hijos del paraíso que te acompañan siempre. Rosas que te iluminan el sendero. Luciérnagas amigas. Estos son los familiares que me protegen de todo mal. Serenidad. Felicidad. Lugar donde las preocupaciones no existen, sólo las locuras. 

El cielo que el hombre jamás podrá alcanzar. Y aunque mire al más profundo horizonte no soy capaz de divisar los límites de estas tierras. Porque puede que este Edén no posea grandes y oscuros muros que den fin a esta locura. Porque este jardín secreto es la verdad que se haya dentro de la caja de Pandora. Porque es precisamente este lugar la gran herencia de la Madre Natura, el principio del todo. El origen. El mismísimo Génesis antes de su nacimiento. Lo que debería de haber sido y nunca fue. Lo que debió de permanecer y nunca destruirse.


Mi eterno santuario. Una segunda oportunidad.

Cuando me hicieron hiel me condujeron a este hermoso jardín. Mi alma fue encerrada., sin embargo no logro explicarme cómo lo hicieron. Esta es mi tumba, es lo único de lo que puedo estar completamente segura. Este lugar representa las cenizas del fénix, porque no pienso darme por vencida. Primavera, verano, otoño, invierno. Eso dependerá de los delirios que me produzcan mis propios pensamientos y emociones. ¿Acaso te gustaría poder adentrarte más allá de las puertas del paraíso? ¿Acaso posees la curiosidad necesaria que mató al gato? ¿Piensas que serás capaz de descubrir todos los secretos que se ocultan en el Edén? Dime, intruso, ¿serás mi invitado o mi presa en esta Iglesia?




El intruso
El intruso al que yo tanto odio. Él. De nombre desconocido y que, de alguna manera, su mera presencia me resulta muy familiar. Violador de mi naturaleza. Atractivo que esconde un terrible secreto y de propósitos que no consigo averiguar. Intruso del Edén. Intruso de mi corazón. Intruso de procedencia desconocida. Intruso cuyo nombre no consigo recordar, pues temor es lo que siento cuando intento acordarme de él.

Suicidio. Condena. Traición. Apasionado. Hombre desgraciado. Diferente. 

Individúo al que dejo poseer mi cuerpo, aún sin saber por qué. Molestia. Asco por ser lo que es, hombre. Misterioso. Observador. Ternura en sus ojos, pero a la vez rey de la lujuria. De complexión fuerte y cabello más oscuro que el carbón. Prohibido. Ojos del color de la envidia. Labios que devoran con ansia mi sexo. Es así como a veces siento que todo este juego se está volviendo a repetir. Es de esta manera en la que vuelve a venir a mí esos oscuros deseos de amor maldito. Porque tú me seduces. Porque tú me alimentas los recuerdos con pequeñas dosis de contacto físico y miradas complacientes. Engaño. Palabras. Unión. Jadeos y gemidos. Pasión ardiente. Deseo. Grandes y peculiares manos que se deslizan por mi húmedo y ansioso cuerpo pálido. Repulsión. Encantador. Caricias y miradas que matan. Excitación.  Esperando segundas oportunidades. 

Sobre tus hombros llevas una carga más pesada aún que tu peso y el mío juntos. A tus espaldas llevas un secreto mucho más sangriento que mi propio destino. Mente prodigiosa que no logro leer. Máscara de marfil que no logro ver más allá. Poco a poco me vas provocando dolores de cabeza que no consigo remediar. Noches llenas de calientes susurros y orgasmos silenciosos. Porque la verdad en este paraíso es mucho más cruel, mucho más frío y mucho más doloroso que cualquier otra realidad. Porque eres tú, intruso quien esconde esa verdad secreta que Edén no me quiere revelar. Porque realmente tú significas mucho más. Porque las apariencias engañan y tú eres veneno. Y eres pura malicia, aunque te ocultes dentro de ese cuerpo tentador. ¿Por qué?

Un juego de palabras, las cuales, si consigues encajar todas en el lugar correcto, te dará la respuesta que estás buscando. El sentido de nuestra existencia. Siempre las mismas preguntas. Un rompecabezas que puede traer la salvación. ¿Una historia sin final? Juegos lascivos y palabras atrevidas. Diferencia. Cordura. Crimen y suicidio. Asesino que renace bajo un nuevo nombre que no me atrevo a pronunciar. Desencadenante. Salvación. Ángel y demonio a la vez. Odio. Amor. Él es la persona que perturba mis más profundos sueños. Cambio. Antiguo portador. Arrepentimiento. Modelo a seguir. Nuevo. Fragmentos de memoria de un pasado borroso y oscuro. Prohibido. Hombre. Sexo. Sentimiento. Dominación. Protector. 

Ideal. Caballeroso y educado. Macabra inteligencia. Pecador. Dificultad. Castigo. Palabras. Engaños. Destino. Marcas en la piel. Cicatrices ocultas y cuerpos desnudos. Comprensión. Sufrimiento. Dolor. Placer. Verdad. Un oscuro secreto con diferentes intenciones. Si estás tan loco como yo podrás descubrir su verdad. ¿Qué quieres? ¿Qué buscas? Este es mi paraíso y tú eres el intruso. ¡Vete de aquí, pues no eres bienvenido!





Primer encuentro
La noche cae. Ya no se escuchan a los pájaros cantar. El agua está en calma y las flores en silencio brillan con la luz de la luna llena. Silencio y soledad. Nada más. Tranquilidad. Una suave brisa se levanta. No, esta noche no, viento. Deja tus susurros para otra ocasión. Hoy le toca a la luna ser mi acompañante. Subo a lo alto del más grande árbol. Me acomodo y converso con ella. ¿Luna que todo lo ve desde los cielos, no tienes nada que decirme en esta solitaria noche?. No obtengo respuesta. Oh, Luna ausente, ¿señal de acción del hombre?. Sin respuesta. Eso significa que debo dormir. Acción para descansar según los hombres. Cierro los ojos y, a continuación, las hojas verdes del árbol me protegen y arropan. “Dulces sueños”, me susurran. Sí, sueños, palabra no muy conocida por mí. Acción del hombre.

Despertar. Acción del hombre, y como este, la hembra siente el hambre. Un hambre un tanto peculiar y diferente. Ardiente. De nuevo, bajo al lago y agradables frutos saboreo. Empiezo a notar como el agua poco a poco va agitándose. ¿Qué sucede, agua?. No hay respuesta alguna, sólo agitación y sentimiento de calor. 

Hoy estoy más sola que nunca. O puede que no…

Miro fijamente las aguas, y de pronto, surge una sombra misteriosa, moviéndose. Es bastante grande, así que no puede ser un simple pez. Se dirige hacia la cascada de forma sigilosa. Nado hasta él, pero no me adentro en la cascada. Observo mis alrededores esperando una respuesta. No veo a mi presa. De pronto, sin comerlo ni beberlo, la robusta sombra sale de las profundidades lentamente y enseña su cuerpo desnudo, fuerte y húmedo frente al mío. Era él, el intruso, el hombre de facciones no describibles, pero extremadamente hermoso. Era imposible que existiera un hombre de tanta belleza. Con esa mirada, con esos ojos penetrantes y brillantes. ¿Cómo era posible que la belleza se desperdiciara en un hombre desgraciado?.

¿Qué quieres?. ¿Qué buscas?. No contesta. A todos les había dado por no dirigirme la palabra. Tanto la naturaleza como el intruso. Se acercó lentamente a mí y su mano osó despojarme de mis prendas de las más sensuales de las maneras. Le miré con odio mientras ocultaba mis senos bajo mis delicadas y blanquecidas manos, pero él sólo se limitó a acariciar mi largo y rojo cabello. Le aparté la mano con brusquedad. ¿Qué hacía?. Maldito descarado. Ahora sólo se disponía a observarme de una manera un tanto molesta, penetrante y lasciva, dando vueltas a mi alrededor. ¡Deja de estudiarme con tu brillante mirada, imbécil!. Se detuvo a continuación y bajo la cascada se ubicó. Vi caer sobre su ardiente y excitado cuerpo la fría agua, como sus grandes manos se acariciaban el torso. Y yo no podía dejar de mirar cómo lo hacía de esa manera tan sensual. ¿Por qué?. No lo sé, pero odiaba no saber las cosas y mucho más no saber lo que mi ser empezaba a sentir. Me muerdo el labio inferior. Ansia, calor, deseo. Era muy extraño y no sabia el motivo. ¿Él?. No puede ser. Lo detesto.

Acción del hombre. No. Reacción del hombre, sentimiento. EXCITACIÓN.

No podía ser. ¿Por qué?. Lo miré de abajo arriba con ojos de odio e impotencia. Se acercó nuevamente a mí y se atrevió, con picardía, juntas sus húmedos labios a los míos. ¿Qué era esta sensación?. No sabía definirlo, pero automáticamente mi boca le concedió el paso a su ansiosa lengua, y juntos, bailaron en una eterna desesperación. El tiempo se detuvo entonces. Molestia. Sus manos acariciaban mi rostro y yo sólo me limité a estar quieta, como una estatua de hielo, porque eso era lo que yo era. Un hermoso y frío pecado humedecido. Ahora sus manos iban más allá. Sus manos apartaron con lentitud y compasión las mías y las ubicó en sus caderas. ¡Le estaba tocando!. Él empezó a acariciar mis senos y masajearlos con cierto cariño. 

¡DETENDE!

Ahora mordisqueaba mi cuello. Susurraba mi nombre. ¿Qué quieres de mí?. No contesta. Un jadeo profundo e inexplicable cuando se atrevió a explorar mi intimidad. ¿Cómo se le ocurría? Los pensamientos eran muy claros en mi cabeza pues la ambición por el poder hace más estúpido, desgraciado y odioso al hombre.

¡TE ODIO!

Besos profundos, suaves caricias. Humedad por doquier y cuan atrevimiento empezó a emanar de mi profundo odio. Durante un momento nos fusionamos en un único ser. Sentí como lentamente se introdujo en mi interior y nuevos placeres y gemidos emergieron de aquel lugar. Dolor sumido en el placer. No sería la primera vez, pero esta, sin duda alguna, era completamente diferente. 

Sumisión. Eso era. Pura lujuria. Había dejado que el intruso al que yo tanto odiaba me poseyera. Me dominaba como una marioneta entre sus manos. Más, más y más aclamaba el varón. Dominación. Queriendo más poder de control. Deseando más de mí. Avaricia. Húmedos cuerpos rozándose hasta convertirse en uno sólo. Manos que desafían mi intimidad. Profundas miradas que me hacen estremecer. Manos de mujer contra las rocas para satisfacerle. Sin poder hacer nada al respecto. Miradas. Poder. Placer. Movimientos de cadera que no se detienen y gritos de placer de un pecado que se fusiona y canta a la vez con el ser dominante. No para de moverse, de darme prohibido placer. Más rápido. Más fuerte. Y en un instante, era sólo suya. Su prohibida servidora. Marcas en la piel que muestran la posesión. Arañazos por todos lados de nuestros excitados cuerpos. Odio y pasión en nuestros ojos. Y fue entonces cuando ambos llegamos al punto más crucial.

"Ahora llevas mi huella en ti"

Estúpido que ansía poder. Hombre lujurioso que viola mi existencia, mi hermoso paraíso con tan sólo observarla. Te odio. Satisfacción. Calma. Abro los ojos. Un amanecer sangriento me despierta. Dentro de la cascada me hallo. Desnuda, pero sin ninguna marca de lo ocurrido. Dolor de cabeza. Recuerdo cerrar los ojos acurrucada en lo alto de un árbol y con prendas de seda. Ahora estoy aquí con el cuerpo desvestido. ¿Era esto un sueño o algo más…?