» Luchando contra mis demonios.

" ...porque quiero deshacerme de tu olor para siempre... "

He podido destinguir tu figura entre las sombras. He podido contemplar a la perfección el penetrante brillo de tu lasciva mirada. He llegado a odiarte por ser hombre y por entrometerte en mi Edén, cruzar el umbral y traspasar las puertas del paraíso. Y a pesar de todo eso y toda la rabia que me haces sentir, he dejado que toques mi perfecto y desnudo cuerpo. He dejado que explorases lo más íntimo de mí... esa es otra de las razones por las que te odio tanto. Y pensarás que con esto me estoy confesando. Y pensarás que me gusta esta situación, y yo lo negaré. Y pensarás que te amo, y yo lo negaré. Porque la realidad es bien distinta, aunque tú nunca la quieras ver. 

NO QUIERO NADA DE TI. 

VETE, OLVÍDAME. 

Deja de restregar tu sucio cuerpo masculino con mi perfección. Deja de mirarme con lascivia y deja de sonreír. Ya no quiero escuchar tus jadeos. Ya no quiero que seas tú la razón de mis orgasmos. Porque ya no valen las palabras. Ni las miradas. Nada. Y si ahora osas hablar y revelar tu nombre, no te escucharé. Vete a donde provienes. Púdrete, ansío que te pudras en lo más oscuro de la noche. Muérete, deja que tu alma se corrompa y se consuma poco a poco, pues mi odio no cesará hasta que desaparezcas por completo. No quiero caer en tus sensuales redes ni darte el places que crees que te mereces. Sólo odio puedes recibir de mi parte. 

NADA MÁS.

Déjame acabar contigo de la misma manera en el que los de tu especie acabaron conmigo. Seré yo el Dios que te expulse del Edén. Tu presencia me irrita. Desaparece. ¿Por qué no desapareces? Bésame. Simplemente bésame y permite que mi odio y mi rabia acaricie tu sexo excitado. Bésame. Simplemente bésame y deja que mi ira experimente nuevos placeres a tu lado. Porque me tientas, me tientas a cada segundo que pasa con tus miradas, tus palabras, tus actos. ¿Cuándo cesará tanta pasión desenfrenada? ¿Cuándo dejarás que mi alma sea libre? No puedo seguir con estas mentiras. No puedo continuar viviendo de ilusiones. No puedo seguir más con todo esto. ¿Acaso no lo entiendes?

Me acaricias. Siento tu aliento cuando susurras mi nombre al oído. Haces que no pueda evitar morderme el labio inferior con fuerza. Me miras con esos ojos verdosos, verde envidia. Quiero luchar contra ti. Quiero deshacerme de tu olor y de tus huellas sobre mi piel. Sin embargo, permito que me mancilles de esta manera. Permito que me penetres hasta lo más profundo de mi intimidad y te dedico un nuevo orgasmo. Tu nombre, tu nombre. Ese nombre que no recuerdo. Ese nombre, el cual no quieres revelarme, el cual no te atreves a pronunciar. Ese nombre al que intento aferrarme. Quiero tu destrucción, pero antes quiero saber la verdad. Quiero que sufras en agonía, pero antes quiero mi satisfacción. Quiero caminar sola por los senderos del Edén, pero es la maldita tentación la que no me deja avanzar.

Me penetras con violencia y consigues que grita bien alto. Déjame. No te quiero aquí. No quiero continuar con este placer. Si tan sólo pudiera llegar a tu corazón vacío y poder arrancar con ansia el órgano, aplastarlo contra el suelo y escupir en él. Si tan sólo pudiera arañarte con tanta fuerza hasta hacerte sangrar e impedir que tus manos acaricien más estos senos llenos de hiel. ¿Tan difícil es desear tu muerte? ¿Tan difícil es poder vivir en paz y armonía? Edén, ¿por qué no me ayudas? ¿Por qué ahogas mis plegarias de este modo? ¿Acaso este acercamiento con el intruso es el castigo por mis pecados? Por favor, ya basta... ya basta. 

Lograré destruirte por completo. 

Lograré liberarme de tu lujuria. 

Llegaré a salvar mi alma.

LO SÉ.