Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. No sé qué es, pero no puedo hacer que se esfume. Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. Me perturba demasiado y no me permite dormir. Quiero que desaparezca. Quiero disfrutar de mi existencia en paz. Dolor... siempre conviviendo con ese horrible dolor. Sé que soy un ser perfecto. Soy Pandora y soy la Reina de este Edén. Pero vivo con dolor. Mi cuerpo se siente dolorido y no sé por qué. Y no debería de ser así. Ese maldito dolor... Tal vez este sufrimiento proviene de mi pasado. Sí, tal vez. Y es que realmente pienso que no voy a ser capaz de librarme de él. El destino es caprichoso. El destino es cruel. Oh, querido paraíso, querida Madre Natura, detén este dolor que siento en las entrañas.
Una suave brisa se está levantando. ¿De qué se tratará? ¿De dónde procederá? ¿A lo mejor es una señal? ¿Un susurro que me revelará la cura a este malestar? Por mucho que le pregunte al viento, no obtengo respuesta. Algo está pasando en el jardín del Edén y no soy capaz de saber qué es. Me encantaría poder desgarrar este dolor que llevo dentro y quemarlo con mi llama. Me gustaría tanto echar a andar y encontrar las respuestas.
Algo está pasando. Y no sé lo que es. Algo está pasando. Y eso me hace sentirme impotente porque no soy capaz de determinar qué es lo que está sucediendo. Pero cuánto más tiempo espero aquí de pie sin hacer nada, más grande es el dolor que emana de dentro. Quiero una señal. Quiero una solución a esta dichosa enfermedad. Quiero desafiar el mismísimo destino. Quiero romper las cadenas y descubrir nuevos horizontes. Quiero dejar de sentirme prisionera de mi propio reino, de mi propio elíseo. De mi propio hogar.
Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. No sé qué es, pero no puedo hacer que se esfume. Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. Me perturba demasiado y no me permite dormir. Quiero que desaparezca. Quiero disfrutar de mi existencia en paz. Dolor... siempre conviviendo con ese horrible dolor. Hay ocasiones en las que pienso que este dolor es producido por el propio Edén. Hay una figura oscura que se mueve entre las sombras. Hay un brillo diferente en las estrellas cada vez que cae la noche. Luna ilumina con intensidad los senderos y los gorriones han dejado de cantar. Las flores ya no se marchitan y los árboles han dejado de susurrar. Algo está sucediendo. Y no sé el qué.
Me siento perturbada. Me perturba no obtener respuestas. No sé la verdad. No sé absolutamente nada. Tampoco sé qué hacer y no quiero reconocerlo, pues mi orgullo no me lo permite. Quiero vivir. Quiero sentir. Quiero aprovechar mi existencia y jugar bien mis cartas. Quiero ganar esta batalla y hacer realidad mis sueños con esta segunda oportunidad que se me ha sido otorgada. Pero me duele. Me duele demasiado el cuerpo. Mi corazón se agita y mi mente se nubla cada vez más. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué es lo que está pasando, Edén?
Los hojas de los árboles y la hierba cambian de color. El cambio es inminente... Sí, eso es. Eso es lo que está sucediendo. Algo está cambiando. El jardín del Edén está cambiando. Mi cuerpo se está transformando. Mi energía está evolucionando. No sé muy bien qué sucederá después de esta transición. No sé qué se generará a partir de toda esta transformación, pero una cosa sé segura... duele. Este dolor me está consumiendo y no soy capaz de determinar si es porque estoy avanzando o es porque no puedo adaptarme a estos cambios. No sé qué hacer. No sé qué pensar. Los rayos del sol acarician cálidamente mi rostro. Pero el dolor no desaparece. ¿Qué es lo que cambiará exactamente? ¿En qué bestia voy a convertirme cuando cese todo este sufrimiento? ¿Cesará, acaso, algún día? Dolor... nuevamente ese dolor que me estruja el pecho. Soy Pandora y soy la Reina de este Edén. Pero vivo con dolor. Y no me agrada nada. Algo está sucediendo en este paraíso prohibido y es algo que me está perturbando....
¿Qué es lo que está apunto de suceder?
Una suave brisa se está levantando. ¿De qué se tratará? ¿De dónde procederá? ¿A lo mejor es una señal? ¿Un susurro que me revelará la cura a este malestar? Por mucho que le pregunte al viento, no obtengo respuesta. Algo está pasando en el jardín del Edén y no soy capaz de saber qué es. Me encantaría poder desgarrar este dolor que llevo dentro y quemarlo con mi llama. Me gustaría tanto echar a andar y encontrar las respuestas.
Algo está pasando. Y no sé lo que es. Algo está pasando. Y eso me hace sentirme impotente porque no soy capaz de determinar qué es lo que está sucediendo. Pero cuánto más tiempo espero aquí de pie sin hacer nada, más grande es el dolor que emana de dentro. Quiero una señal. Quiero una solución a esta dichosa enfermedad. Quiero desafiar el mismísimo destino. Quiero romper las cadenas y descubrir nuevos horizontes. Quiero dejar de sentirme prisionera de mi propio reino, de mi propio elíseo. De mi propio hogar.
Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. No sé qué es, pero no puedo hacer que se esfume. Dolor. Siento un dolor agudo en el pecho. Me perturba demasiado y no me permite dormir. Quiero que desaparezca. Quiero disfrutar de mi existencia en paz. Dolor... siempre conviviendo con ese horrible dolor. Hay ocasiones en las que pienso que este dolor es producido por el propio Edén. Hay una figura oscura que se mueve entre las sombras. Hay un brillo diferente en las estrellas cada vez que cae la noche. Luna ilumina con intensidad los senderos y los gorriones han dejado de cantar. Las flores ya no se marchitan y los árboles han dejado de susurrar. Algo está sucediendo. Y no sé el qué.
Me siento perturbada. Me perturba no obtener respuestas. No sé la verdad. No sé absolutamente nada. Tampoco sé qué hacer y no quiero reconocerlo, pues mi orgullo no me lo permite. Quiero vivir. Quiero sentir. Quiero aprovechar mi existencia y jugar bien mis cartas. Quiero ganar esta batalla y hacer realidad mis sueños con esta segunda oportunidad que se me ha sido otorgada. Pero me duele. Me duele demasiado el cuerpo. Mi corazón se agita y mi mente se nubla cada vez más. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué es lo que está pasando, Edén?
Los hojas de los árboles y la hierba cambian de color. El cambio es inminente... Sí, eso es. Eso es lo que está sucediendo. Algo está cambiando. El jardín del Edén está cambiando. Mi cuerpo se está transformando. Mi energía está evolucionando. No sé muy bien qué sucederá después de esta transición. No sé qué se generará a partir de toda esta transformación, pero una cosa sé segura... duele. Este dolor me está consumiendo y no soy capaz de determinar si es porque estoy avanzando o es porque no puedo adaptarme a estos cambios. No sé qué hacer. No sé qué pensar. Los rayos del sol acarician cálidamente mi rostro. Pero el dolor no desaparece. ¿Qué es lo que cambiará exactamente? ¿En qué bestia voy a convertirme cuando cese todo este sufrimiento? ¿Cesará, acaso, algún día? Dolor... nuevamente ese dolor que me estruja el pecho. Soy Pandora y soy la Reina de este Edén. Pero vivo con dolor. Y no me agrada nada. Algo está sucediendo en este paraíso prohibido y es algo que me está perturbando....
¿Qué es lo que está apunto de suceder?
Pandora, puedo leer tus delirios varias veces y conocerlos, pero, no por ello deja de embriagarme, de envolverme con la calidad y la profundidad de tus letras y de tus pensamientos. Me gusta tanto como escribes que me pasaría la vida leyéndote.
ResponderEliminarMe gustó tu creación y como no tengo nada mejor te regalo… ¡Fuegos artificiales con tu nombre!
EL FANTASMA
Me alegra volver a verte por estos lares, querido amigo. Y me alegra saber así que estás bien y que continúas perdiéndote por mi Edén. Siempre tienes buenas palabras para mí y te lo agradezco muchísimo. Ojalá pueda seguir sintiendo tu presencia por aquí. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.
Eliminarun placer es siempre leerte y estar por aqui besos querida
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