"Sobrevivir, del latín supervivere: dicho de una persona que vive después de la muerte de otra o después de un determinado suceso"
Sobrevivir. Es lo único que puedo hacer en esta pesadilla. Sobrevivir. Día tras día. Noche tras noche. Sobrevivir a este horror que me acecha entre las sombras. Sobrevivir a todas esas miradas que me critican y me señalan con el dedo acusador. Sobrevivir a cada una de las locuras que yacen en mi mente. Sobrevivir en el laberinto de este jardín paradisíaco. Sobrevivir, simple supervivencia.
Se me hace muy duro mantenerme en pie. Noto cómo las piernas me pesan y los párpados me traicionan. Un suspiro de alivio ya no es suficiente para continuar adelante. Todo, absolutamente todo está en mi contra. Las fuerzas me abandonan y mis pensamientos se vuelven turbios. Hay una pieza del rompecabezas que no encaja, y no logro descubrir cuál es o dónde se encuentra. Supervivencia. Eso es lo que estoy aprendiendo en este Edén, el verdadero significado de sobrevivir. Y es que aún no soy del todo consciente de mi condición y de mi ilusoria realidad. No soy consciente de lo que supone tener esta segunda oportunidad. Ni si quiera soy consciente de mi inseguridad, sin embargo, es eso precisamente lo que me ha tenido con vida todo este tiempo... o lo que yo creía que era vida.
Voces. Múltiples son las voces que me susurran al oído. Múltiples son las voces que habitan en mi cabeza. Y no se detienen. Me nombran una y otra vez sin cesar. Un constante dolor de cabeza que origina a su vez más y más delirios. Sobrevivir. Eso es lo que intento hacer. Cada vez que el amanece, intento luchar contra esas voces. Cada vez que anochece, intento luchar contra sus voluntades. No quiero escuchar. No quiero sucumbir a sus tentaciones. Simplemente quiero sobrevivir a este juego traicionero. Quiero ganar. Quiero salir victoriosa de esta dulce tortura. Quiero abrir bien los ojos y darme cuenta de toda la verdad que se esconde en este jardín del Edén. Supervivencia. Esa es la clave.
¿Pero cómo puedo ser capaz de sobrevivir al delirio si no soy consciente de lo que me rodea? La noción del tiempo la he perdido para siempre. Mi cerebro está corrompido por esas malditas voces que me vuelven demente. No sé distinguir realidad de ficción. No sé absolutamente nada, de eso puedo estar segura. Y aún así... ¿cómo consigo sobrevivir? Ojalá... ojalá alguien pudiera responder a esta pregunta. ¿Tal vez es porque inconscientemente hago uso de mis instintos? Sí, puede ser una posibilidad. ¿Por qué no? Los instintos no los controla nadie, ni si quiera yo misma. Pero a veces caigo en la ignorancia y no hago caso alguno de sus señales. Y es así cómo logro dañarme a mí misma.
Sobrevivir. Me tengo que concentrar única y exclusivamente a sobrevivir. Tengo que averiguar cómo lo he conseguido hasta ahora, pues una de las pocas cosas de las que puedo ser consciente al cien por cien es que ya no hay lugar seguro en este paraíso marchito. Ya no habrá otra oportunidad para seguir jugando en su laberinto de placeres y pecados prohibidos. Así pues, tengo que abrir bien los ojos y observar cada rincón, cada señal que la naturaleza me brinda... Y hacer caso a mis emociones. Sí, puede que de esta manera consiga llegar hasta el final. Puede que de esta manera consiga seguir sobreviviendo a mis delirios, pues debo de hallar una fórmula, una medicina, para luchar contra esa locura sigilosa que va invadiendo poco a poco mi ser.
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¿Confesarás tu pecado, intruso?