» Corrompida por la envidia.

Mi mirada se posa ante el espejo cubierto por un gran manto carmesí. Un espejo oculto y envenenado detrás de ese manto sangriento. Ya no quiero volver a verlo. Ojalá pudiera destruirlo para siempre. Temo que si la mantengo al descubierto acabará por apoderarse de mi alma y sustituirme por completo. Sus reflejos siguen cada paso que doy. Su silencio ataca mi esencia sin yo poder esperarlo. Así pues, siento que soy esclava de un objeto mucho más poderoso de lo que parece. Así pues, siento que este espejo es mucho más malévolo de lo que yo pudiera imaginarme. Pensé que era un aliado de Edén. Pensé que estaba aquí para protegerme. Pero no es así. Es veneno, es traicionero. No es más que un objeto que intenta ser real, que intenta tener esencia propia, pero que sin embargo no hace más que seguir mis pasos, esperando el momento para capturar mi esencia.

Un espejo que intenta ser yo misma. Un espejo cuya presencia ya no es amiga. Me molestas. Me irritas. Eres un espejo que jamás podrá estar a la altura de un lirio ensangrentado. Miro al manto que lo tapa con odio, un odio profundo casi tan grande como el que siento por el intruso. Aprieto mis puños con fuerza y maldigo en varias ocasiones. ¡Ya no puedo más ante esta situación! Tal vez, puede que tal, la solución sea destruirte por completo. Da igual las veces que te ignore o intenta hacer que las cosas estén bien, tú siempre estarás oculto entre las sombras esperando el momento perfecto para apoderarte de mi cuerpo. Ya es de forma automática.


Los días pasan y pasan y este odio crece a cada segundo que pasa. Los días pasan y pasan y me doy cuenta de que no puedo hacer nada para detenerte. Me pregunto si es una posibilidad de acabar contigo el suicidarme para que no tengas a quien seguirle los pasos, a quien corromper con tu envidia insana. Ojalá. Ojalá hubiera un método seguro de poder ser libre de toda esta pesadilla, cada vez más profunda. 

No puedes llorar. No puedes sentir. Pero bien que haces en engañarme y mentirme con tus palabrerías sobre amistad y protección. No haces más que envenenar tus propias palabras. Siempre quise estar ahí para ti, pero lo único que hacías era hacerme daño desde lo oculto. Robar fragmentos de mí misma poco a poco para algún día acabar conmigo.



     ¿Pero por qué?
¿Por qué eres tan hipócrita?
¿Te crees que no me doy cuenta de nada?

     
¿Cuántas veces he estado a tu lado para tenderte la mano? ¿Cuántas veces he seguido tus consejos? ¿Acaso todo eso no era más que una trampa para después apuñalarme profundamente por la espalda? Sin duda, jamás esperaría algo así de ti. Nunca. Pensé que no eras como él. Pensé que jamás podrías llegar a ser como él. Pero me equivoqué. Volví a confiar y me volvieron a hacer daño. ¡Deja simplemente de seguir mis pasos! No me mires. No me susurres. No quiero que proyectes mi reflejo en tu espejo. Ya no sirve de nada pedir perdón y decir que no lo volverás a hacer porque me he dado cuenta de que da igual lo que diga o haga, tú seguirás ahí, acechándome. Da igual hacia donde huya y corra desesperadamente. Tú siempre estarás ahí, acechándome. 

El tiempo para las lamentaciones ya ha pasado. No voy a permitir que esto siga así. Estoy enfurecida, y mucho. El daño que siento es demasiado grande para que ahora intentes arreglar las cosas como si nada hubiera pasado. No podemos seguir así, porque tanto tú como yo sabemos que uno de los dos saldrá perdiendo. Y no voy a permitir ser yo la que salga mal parada de todo esto. No me lo puedo permitir, simplemente. De esta manera reúno todo el coraje necesario y muero el labio inferior con fuerza. Esto se va a acabar de inmediato. Llena de ira, llena de auténtica furia,  me dispongo a destaparte el espejo. Despojo este vil objeto de su monto carmesí. Ya no hay nada ni nadie que pueda protegerte. Y puños acabaré contigo, para que jamás pueda acercarte a mí y hacerme daño. 

Porque no pienso permitir que me robes mi alma.

10 comentarios:

  1. Créeme que te comprendo, cuando idealizas y ensalzas a una persona de esa manera siempre termina por caerse de algún lado del pedestal, todo es superación y fuerza. Me encanta como te has expresado, un saludo desde:

    http://andencuatrocientosveintidos.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ha encantado tu confesión. Muchas gracias por adentrarte en el Edén y compartirla con nosotros. Espero que sigas disfrutando de todos los delirios próximos. Pronto habrá nuevas sorpresas. Un beso muy grande.

      Eliminar
  2. Yo he llegado a un punto en el que creo que no se puede confiar en nadie, siempre quieren algo de ti y tarde o temprano se acaban alejando cuando ya han conseguido su objetivo. Los amigos de verdad son falsos cuentos... Y la verdad prefiero no ilusionarme con nadie a ser restos de manos que me quisieron durante cinco días.
    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No podía estar más de acuerdo con tu confesión, amiga. Tienes toda la razón. Las personas por naturaleza son malas, envidiosas y convenidas. No se puede hacer ninguna otra cosa que aferrarse a uno mismo y protegerse, no confiar en nadie. Nunca se sabe cuando la traición puede estar acechándote, ¿verdad? Ante ti me quito el sombrero, pues leer tu comentario ha sido lo mismo que adentrarse en mis propios pensamientos. Un abrazo muy grande y espero que nos volvamos a ver pronto por el Edén.

      Eliminar
  3. Holi, tienes un premio en mi blog :)! http://antelitem.blogspot.com.es/2013/09/mas-premios.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por pasarte por mi Edén y avisarme del premio, amiga. Enseguida me pasaré a echarle un vistazo. Un beso.

      Eliminar
  4. Hola :)
    Te he nominado en un premio en mi blog. Pasate cuando puedas.

    Besos
    http://lasvigilantesdesuenos.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por avisarnos. Enseguida me pasaré por tu blog para verlo. Significa mucho para nosotros que nos tengáis en consideración. Un beso muy grande y muchas felicidades.

      Eliminar
  5. ¿Sabes qué escribes increíblemente bien? Cuando he terminado de leer la entrada me he quedado muy sorprendida, me has hecho reflexionar mucho. Últimamente la gente sólo se mueve por sus propias motivaciones sin importar si hieren al resto de las personas. ¿Amigos? Buff, es una palabra que en mis labios ya suena artificial, cuando creo que he encontrado a una persona noble y que no me hará daño, esa ilusión se hace triza, el espejo se destroza contra el suelo. Luego nos acusan a las personas de introvertidas y desconfiadas,¿pero que se puede hacer cuando tantas veces te han hecho daño?Desde luego ya no puedes ser la de antes. Me duele pensar que unas personas que se encuentran a miles de kilómetros sea mis mejores amigas a pesar de que nos las veo, mientras que personas que conozco de casi toda la vida solo se interesen en mí cuando necesitan algo. Es una auténtica pena.

    No sé como no te he descubierto antes, así que me pongo a seguirte ahora mismo. Un saludo desde http://dreamsinafishbowl.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida al jardín del Edén, Majandra. Me alegra muchísimo poder leer una confesión como la tuya. Sin duda me has subid los colores con tus palabras. Es un verdadero honor poner tener a una víctima más de este paraíso al otro lado de la puerta, sin duda espero que te gusten todos los delirios que ya han visto la luz y que aún están por desvelarse. Siéntete como en casa, toma una taza de té y conviértete en nuestra humilde invitada de honor.

      Muchas gracias por haber compartido tus pensamientos con nosotros. Es indiscutible que llevas toda la razón y que has sabido captar a la perfección todo lo que este delirio transmite. Los humanos son egoístas y ambiciosos, quieran o no, al parecer eso es algo que está en su naturaleza y que muy pocos consiguen cambiar realmente. Ya no podemos confiar en nadie, ni si quiera los amigos, pues el día de mañana no hay nada que garantice que se quedarán a nuestro lado al final, pues siempre, siempre, siempre, habrá algún factor para sufrir una traición por parte de cualquier persona. Y la mayoría de las veces esa traición no es precisamente de nuestros enemigos. Lo mejor que podemos hacer es encerrarnos en nosotros mismos y no dar a nadie lo que ellos no nos pueden garantizar. La confianza es algo que cuesta mucho ganas, pero que se puede perder en cuestión de segundos.

      Al final del sendero, siempre estaremos solos.
      Un beso muy grande, espero que nos volvamos a leer pronto.

      Eliminar