Una vez más, tu aliento cerca de mi ombligo. Una vez más besos con sabor a fresa. Una vez más, tímidos gemidos susurrándote al oído. Una vez más, caricias hipócritas ante la hoguera ardiente. Ardiente como la pasión, pero falsa como tu amor. Mentiras. Es todo mentira. Una mera ilusión de nuestros deseos. Sí, así es, luchamos por ser mejores, pero la realidad es bien distinta. La mentira te envuelve con su manto de color carmesí. Y yo, ingenua e ignorante a las señales de Edén, te miro con ojos devotos y sonrío. Y yo, ingenua e ignorante a las señales de Edén, caigo en tu juego, en tus redes.
¿Cuándo me daré cuenta de que no existen los ángeles guardianes?
¿Cuándo me daré cuenta de que no hay salvación para mí?
Miro mi reflejo en el agua, pero no consigo ver mi realidad. No consigo vislumbrar mi figura, ver mi alma vacía y corrompida por tus engaños. Lo único que soy capaz de contemplar es a ti. Estás al otro lado, mirándome con lascivia. Pero no soy capaz de hacer otra cosa que no sea mirarte asqueada, mirarte incluso indiferente. ¿Por qué? Porque ya estoy cansada. Siento que mi energía vital se va apagando poco a poco. Siento que muero otra vez. La llama se apaga...
A veces me paro a reflexionar sobre todo lo que está pasando y creo firmemente que no merece la pena seguir adelante. Pues todo es falso. La mentira te envuelve con su manto de color carmesí. Y yo sigo aquí, sucumbiendo a tus engaños, sucumbiendo a tu falso amor y tus juegos. Al parecer es mucho pedir una libertad que finalice por completo este sufrimiento y este vaivén de ardiente deseo.
Así pues, cuando creo que todo puede ir a mejor es cuando ocurre. Ocurre alguna desgracia, una señal que nos impide seguir adelante. Nos esforzamos por luchar y luchar y abrirnos paso hacia la verdad, hacia un final feliz. Pero la realidad es que no siempre los héroes ganan. No siempre existe un final feliz para todos. No existe un Dios o un Ángel que nos proteja de todo mal. Y nos vendamos los ojos y no queremos aceptar esa verdad, la única verdad posible.
Miro mi reflejo en el agua, pero no consigo ver mi realidad. No consigo vislumbrar mi figura, ver mi alma vacía y corrompida por tus engaños. Lo único que soy capaz de contemplar es a ti. Caricias falsas. Besos falsos. Un amor prohibido inexistente, tal vez. Porque el oído que siento hacia ti es mucho más poderoso y grande que todo esto. Porque todo este rencor se pueden ver reflejadas en mis cicatrices.
Así pues, cuando creo que todo puede ir a mejor es cuando ocurre. Ocurre alguna desgracia, una señal que nos impide seguir adelante. Nos esforzamos por luchar y luchar y abrirnos paso hacia la verdad, hacia un final feliz. Pero la realidad es que no siempre los héroes ganan. No siempre existe un final feliz para todos. No existe un Dios o un Ángel que nos proteja de todo mal. Y nos vendamos los ojos y no queremos aceptar esa verdad, la única verdad posible.
Miro mi reflejo en el agua, pero no consigo ver mi realidad. No consigo vislumbrar mi figura, ver mi alma vacía y corrompida por tus engaños. Lo único que soy capaz de contemplar es a ti. Caricias falsas. Besos falsos. Un amor prohibido inexistente, tal vez. Porque el oído que siento hacia ti es mucho más poderoso y grande que todo esto. Porque todo este rencor se pueden ver reflejadas en mis cicatrices.
¿Cuándo dejarás de acecharme con tus mentiras?
¿Cuándo comprenderás que lo único que estás consiguiendo es matarme por completo?
Poco a poco la llama se va apagando. La pasión se convierte en una mentira prolongada. Ya no existe solución posible. Lo único que creo que puedo hacer es dejar que esto fluya y me consuma para siempre. Mostrarme indiferente y ver cómo mis ojos se llenan de lágrimas de sangre. Ver como tu figura se acerca cada vez más a mí para consumir tu lujuria. Objeto. Marioneta. Llámalo como quieras. Puede que así te canses de todo esto y dejes que muera, que descanse para siempre y pueda salir de mi eterna prisión.
Finalmente mis ojos se cierran, lentamente. Mi última lágrima cae sobre mi sonrojada mejilla. La llama se apaga poco a poco. Tú sonríes, parece que te da igual. Me desvanezco. Me ahogo entre mis pensamientos. El fin está cerca. ¿Podré ver la luz al final del túnel? ¿Podré descansar para siempre y salir de este pozo negro? El abismo me espera. Las dudas serán disipadas. Todo habrá acabado en cuestión de segundos. Tan sólo tengo que dejarme llevar por las emociones. Miro mi reflejo en el agua, pero no consigo ver mi realidad. No consigo vislumbrar mi figura, ver mi alma vacía y corrompida por tus engaños. Lo único que soy capaz de contemplar es a ti...
La llama, al fin... se apagó.
D:
ResponderEliminarHola Pandora! Soy Rei Osaki, una de las administradoras del blog de "La isla de los blogs"... el día 12 es tu reseña, pero tenemos que informarte de que olvidaste poner el banner de nuestro blog en el tuyo. Es un requisito que se pide para todos los blogs que quieran ser reseñados, por favor, no olvides colocar el banner ;)
ResponderEliminarPodrás encontrarlo en la columna lateral de: http://laisladelosblogs.blogspot.com.es/
Muchas gracias! :D
¡Hola, Rai!
EliminarMe alegra saber que está todo en orden, llevo muchas semanas dejando mensajes en vuestro blogs para ver si está todo bien y nadie me ha contestado nada. Gracias por avisarme de cuando va a ser mi reseña, tengo muchas ganas de verla. En cuanto a vuestro banner, lo puse de inmediato hace semanas justo antes de enviaros el correo y lo podéis encontrar en su sección correspondiente pinchando »aquí«. Espero que esté todo bien. Un beso.
Muchas gracias ^^ Pues todo listo, no hay problema, y está arreglado lo de la fecha :)
EliminarUn saludo!
Gracias por avisarme, un beso.
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