» Una realidad soñada.

Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Me encontraba sumida en un recuerdo que creía olvidado. Me hallaba tumbada en la fina hierba de primavera, junto a él. Habían pasado tres meses desde el momento en el que me salvó de aquel hombre encapuchado. Habían pasado tantas cosas desde entonces, todo marchaba según lo previsto, sí. Empezaba poco a poco a darme cuenta de cuál era mi cometido en ese mundo y que cuántas maravillas se me estaban concediendo. Comenzaba a sentir entonces un profundo afecto hacia mi salvador. Él era el encargado de enseñarme tantas cosas que no conocía... Aquello era, simplemente, el principio del fin, pero yo todavía no era capaz de darme cuenta. ¿Quién podría darse cuenta de esas cosas cuando estaba viviendo un sueño? Simplemente, estaba descubriendo el significado de la felicidad y un sentimiento de amor se estaba despertando en mi interior. 

Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Me encontraba sumida en un recuerdo que creía olvidado. Me hallaba tumbada en la fina hierba de primavera, junto a él. Me sonreía. Me miraba con aquellos ojos verdes y deslumbrantes. Eran una de las pocas cosas que podía recordar de su rostro. Su modo de observarme, su mano izquierda acariciando mis mejillas mientras que la otra apretaba cariñosamente mi mano. Un suave rubor en mi rostro que no podía esconder. Así fue como un sentimiento de paz comenzaba a emanar de mi interior. Me hacía sentirme única, especial. Me hacía sentirme viva y feliz. 


Los problemas no existían. Los temores habían desaparecido. 
Todo era perfecto... o al menos eso parecía.

Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Me encontraba sumida en un recuerdo que creía olvidado. Me dispuse a levantarme de esa fina hierba de primavera. Él también se incorporó. Silencio. Simplemente silencio. No teníamos que formular palabra alguna para saber lo que queríamos decir, no. Un nuevo sentimiento estaba emanando en ambos, lo podía percibir, lo estaba sintiendo. Sin embargo, no era capaz de saber si todo aquello era real o no. Mejor dicho, no era capaz de ver por aquel entonces, en sus ojos, si él realmente estaba sintiendo lo mismo que yo. Imagino que lo que me sucedía por aquel entonces era que estaba enamorada de la idea del "amor", de aquel amor que desconocía, de aquel amor que él estuvo susurrándome al oído todas esas semanas. 

Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Me encontraba sumida en un recuerdo que creía olvidado. Cogidos de la mano caminábamos por la fina hierba de primavera, sonrientes, sin apartar nuestras mirada del uno al otro. Supongo que por aquel entonces creía que había encontrado la paz, pero estaba bastante equivocada con respecto a la realidad. Tal vez mi ingenuidad y amabilidad le estaban confundiendo, no lo sé.  Lo único que sabía de verdad es que todos  mis actos alimentaban sus ansías de crueldad. O al menos eso es lo que pienso ahora. ¿Estaba siendo un hipócrita conmigo? ¿Estaba actuando? No era capaz de verlo en sus ojos, pero entonces no me importaba, ni si quiera era consciente de lo que estaba pasando a mi alrededor. 

Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Me encontraba sumida en un recuerdo que creía olvidado. Sus besos, sus caricias... Todo era demasiado perfecto, ¿verdad? La suave brisa de la mañana, los rayos del sol iluminando nuestros rostros, el calor de nuestro cuerpo unido en uno solo... Tantos buenos momentos que ahora veo que no eran más que ilusiones. Tantos buenos recuerdos ahogados con mis lágrimas y mis llantos. Mi sangre corriendo por sus manos y su miraba fija en la mía mientras me hallo en profunda agonía. Mis ojos no querían abrirse. Mi cuerpo no quería despertarse de ese profundo sueño. Simplemente quería seguir viviendo esa fantasía e intentar cambiar el rumbo de la historia. Tal vez así pudiera despertarme realmente y pudiera vivir la verdadera realidad, la realidad que ansiaba, la realidad que creía correcta. 

4 comentarios:

  1. La realidad a veces es exagerada, y necesitamos huir...

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    1. Estoy completamente de acuerdo. Muchas gracias por compartir con nosotros tu confesión, Melissie. Espero verte pronto por aquí de nuevo. Un beso muy grande.

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  2. Gran entrada, sin bajar de nivel, Pandora. Por favor sigue compartiendo todos esos sentimientos.

    Príncipe.

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    1. Gracias por la opinión. Todos los miércoles y domingos podrás disfrutar de nuevos delirios en el jardín del Edén. Así pues, espero que sigas disfrutando de cada uno de ellos. Un abrazo, Príncipe.

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