» El poder de la ignorancia.

Tú aún no lo sabes, pero poseo el arma más poderosa de todas. Tal vez no te lo creas, o tal vez es que no quieres creértelo, pero en mis manos poseo el secreto para destruirte por completo. Un arma pequeño y silencioso, muy, muy silencioso que hará que te devores a ti mismo desde adentro. Un arma que en cuestión de segundos es capaz de hacerte mucho, mucho daño. Y ahora mismo no eres capaz de sospechar de qué se trata, o puede que lo que esté sucediendo en este mismo instante es que te estés muriendo de curiosidad por no saber de qué te estoy hablando. Es así como una amplia sonrisa empieza a esbozarse en mi rostro. Sí, así es, es una sensación maravillosa. Me siento poderosa y no hay nada que tú puedas hacer para derrotarme.

Río. Río a carcajadas porque he encontrado un modo muy eficaz de vencerte. Ya no seré esclava de tus juegos, ni esclava de mis emociones. Ahora me toca a mí mover mis fichas y lo haré tan lentamente que comenzarás a desesperarte. He visto la luz. He visto más allá de los horizontes y he comprendido qué es lo que tengo que hacer para que dejes de atormentarme. A estas alturas es probable que te encuentres lleno de ira y rabia por dentro, aunque niegas exteriorizarlo. No quieres asumir tu derrota. No quieres asumir que yo soy mejor que tú y que nada ni nadie podrá hacerme pedazos nunca más. Que nada ni nadie podrá robarme mi esencia. 

Es perfecto, sencillamente perfecto. Esta nueva arma me permitirá degustar el sabor de la victoria en muy poco tiempo. Volveré a colocarme mi corona de emperatriz una vez más y podré seguir gobernando mi imperio, mi Elíseo como antes, con tranquilidad, y así poder escribir una nueva historia, un nuevo destino donde pueda realizar mi inmortalidad. ¿Verdad que suena bien? ¿Verdad que todavía no tienes ni la más remota idea de lo que te estos hablando? No eres capaz de imaginarte el placer que estoy sintiendo ahora mismo. Puede que tú estés ahí de pie, sin inmutarte y con esa mirada envidiosa y congelada en el tiempo, pero yo soy capaz de ver a través de tus ojos y ver la verdad, ver lo que sientes. Es así cómo puedo vislumbrar lo que sientes en realidad. Estas enfurecido, lleno de rabia y con la sangre hirviente. Me contemplas y comprendes lo superior que puedo ser y eso te asquea. No te agrada la idea de que pueda ser mejor que tú, de que no puedas vencerme hagas lo que hagas. 

A pesar de estar en mi terreno ya no tienes el poder suficiente cómo para hacerme daño. ¿Todavía no logras entender todo esto? ¿Todavía no has averiguado el arma del que te estoy hablando? Oh, vamos, sé que eres mejor que eso, aunque la idea de verte ahí, muriéndote de la rabia es algo que me hace sentir muy realizada conmigo misma. Soy fuerte, soy poderosa. Soy la reina de este Edén. Y tú no puedes hacer nada para evitarlo. Escucha atentamente, pues, porque cuando te revele mi secreto quedarás anonadado. Ese arma que conseguirá destruirte y liberar lo que queda de mi alma es la ignorancia. Sí, así es. Dicen que vivir en la ignorancia es uno de los males más poderosos. Puede que tengan razón, sin embargo, yo estoy hablando de ese otro tipo de ignorancia que hace daño y que debes de aprender a controlar muy bien.

La ignorancia. El poder del silencio. Llevar a cabo el vacío. Puede que en principio cueste mucho controlarlo o salir de ese manto que te arropa una vez entras en su juego, pero en pocos minutos llegas a comprender cómo funciona. Te ignoro por completo. Me sonríes, te ignoro. Me nombras, te ignoro. Intentas captar mi atención, te ignoro. Es bien fácil, ¿verdad? Pues hay veces que ignorándote es la mejor manera para dañarte. Ya sabes de sobra cuánto te odio y desprecio. He intentado luchar contra ti utilizando todo mi poder, pero ha sido en vano. Así que ahora toca utilizar el arma más poderosa de todas, la ignorancia. 

Intentas apuñalarme por la espalda, pero yo no hago más que sonreírte y seguir adelante. No eres importante para mí. Representar todo lo que odio. ¿Por qué debería de perder mi tiempo cayendo en tus redes? No, eso se acabó. Ahora ha llegado el momento de pasar página y convertirme en la dueña de mi propio juego. No soportarás que te ignore. Gritarás hasta dejarte el aliento para que te preste un mínimo de atención, pero yo ya me he cansado. Soy fuerte, soy poderosa. Soy, simplemente, mejor que tú. Y es por eso que no te voy a dejar destrozar mi corazón. Me enfrentaré al poder del espejo y te ignoraré por completo. Venderé mi esencia a los infiernos y ellos sabrán recompensarme. Porque ya no soy la muchacha inocente y buena que creí ser. Esta soy yo, la verdadera yo. Soy Eva quién mordió de la manzana. Soy Eva quien se dejó tentar por la serpiente. Soy la primera y única mujer entregada en el mundo gobernado por hombres para castigarlos. Soy el pecado y soy a la vez el veneno. Así pues, querido, soy la mismísima Ignorancia personificada quien, en silencio, acabará contigo por una vez por todas.

4 comentarios:

  1. Anónimo04:35

    ¿Fue una venganza o una liberación?
    Malévola debo decir, usar el silencio como arma, ¿Te encantó, no? A que una parte no lo soporta y quiere hablarle pero disfrutas mas del placer de la victoria tras su cólera e impotencia, ¿Acaso me equivoco?

    PD. Felicidades!!!

    RomanceAnonimo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes lo mucho que me sorprende verte por estos lares. Gracias por continuar explorando mi pequeño jardín del Edén y dejando tu huella, pues es muy importante para mí. Sin duda alguna, has sabido leer e interpretar entre líneas este delirio. Así pues, te invito a que sigas perdiéndote por el Edén y descubriendo la verdad que esconde detrás y, de paso, descubrir la auténtica cara de Pandora. Un fuerte abrazo, amigo.

      Eliminar
  2. me has maravillado con tu blog

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por compartir con todos nosotros tus pensamientos, ya que significan mucho para mí. Así pues, me alegra mucho que te haya gustado este pequeño paraíso prohibido y te invito a que sigas explorando con entusiasmo este jardín del Edén. Un fuerte abrazo y hasta la próxima.

      Eliminar