» Penumbra.


He perdido el control total de mis emociones. He dejado que la muerte y la desesperación tomen las riendas de mi existencia en este lugar. Nuevamente, vacío. Nuevamente penumbra. ¿Hasta dónde voy a ser capaz de llegar con tantas lágrimas? Quiero creer que he superado todo aquello que me lastimaba, pero parece ser que, una vez más, me he equivocado. Ojalá ser fuerte, ojalá ser fuerte siempre. Ojalá no permitir que mi coraza se infectara de ese virus que me persigue por las noches. Ojalá, simplemente, tantísimas cosas...

No sé hasta dónde llegará este mal estar que siento por dentro. Un malestar fuerte y firme que no logra entender nada ni nadie más. Es una enfermedad, una muy poderosa y aunque grite con fuerte en mis momentos de máximo silencio, es imposible escuchar mi agonía. Jamás dejaré de estar rota por dentro. Jamás dejaré de ser una mente débil y marchita. 

Penumbra. Me hallo en profunda penumbra. A mi alrededor no hay más que calaveras de todo lo que podría haber sido y jamás fue. Es imposible despojar de mi mí el pasado, el pasado carmesí que cargo a mis espaldas. Y por m mucho que intente con todas mis fuerzas seguir adelante, las cadenas invisibles que me atan a mis recuerdos son demasiado pesadas. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué demonios puedo hacer? No quiero decir entre susurros que me estoy lamentando y que eso es lo único que sé hacer. Pero es que no consigo hallar el modo de ver la luz. Lo único que ven mis ojos son verdades ilusorias y vanas esperanzas de querer continuar con esto que llaman vida.

¿Qué es lo que e ha sucedido? Parece ser que todavía no entiendo que no sirve de nada formularse preguntas cuando jamás obtengo respuesta. Este vacío que siento en lo más profundo de mi corazón me está consumiendo y no tengo ya fuerzas para combatirlo. No hay futuro. No hay proyecto. No hay esperanza. No hay, simplemente, nada que me llene de lo que antaño se podía denominar felicidad. ¿Qué puedo hacer ante una mente depresiva como la mía? ¿Qué puedo hacer con esta enfermedad silenciosa que me invade por doquier?

Esto no es más que penumbra. Esto no es más que una breve sombra de lo que fui en otro tiempo. Se ha conseguido abrir paso una leve fisura en esa máscara que tanto me protegía. Ahora nada tiene sentido. Ahora ya nada importa. ojalá hubiera sido lo suficientemente fuerte para mantenerme firme y seguir luchando, pero ya todo se acabó. La desilusión, la decepción, todo lo que me arrastra hacia el pasado y el dolor se refuerza con una consistencia que no consigo entender. ¿Pero qué importa ahora eso? Me consumo, me incluso y sucumbo al abismo de lo que me rodea. Todo se vuelve negro, todo se vuelve marchito. Ya nada puede hacerme ver la luz del sol.

Así pues, este no es más que otro breve encuentro con la desesperación. Otro pequeño delirio que afirma que nada soy en realidad. Otra breve agonía que no hace más que reiterarse para hacerme recordar qué es lo que soy en realidad: nada. Pues el vacío que siento es tan grande que ni si quiera una falsa sonrisa es capaz de hacerme sentir lo más mínimo. De este modo llego a la conclusión de que de nada sirve ya fingir, que mi mirada habla por sí sola y que las calaveras que me acompañan muestran el auténtico destino de mi ser, un ser maldito y teñido de rojo sangre. Una nada carmesí.

Porque ya no valgo para reinar en este jardín del Edén. Porque ya no soy la perfecta heredera de mi venganza. Porque ya todo se ha consumido, absolutamente todo. Ya únicamente queda esperar que sea mi cuerpo físico lo que se desvanezca de una vez por todas de este mundo imaginario... 

4 comentarios:

  1. y las veces que me he sentido yo así?
    madre mia
    saludos

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    1. Me alegra ver que aún existen curiosos que se sienten identificados con mis delirios. Mil gracias por dejar tu huella. Un beso muy grande, amiga. Nos seguiremos leyendo.

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  2. muy bueno el texto... me he sentido identificada con muchas cosas! besitos!

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    1. Muchas gracias por expresar tus pensamientos con todos nosotros. Te agradezco en el alma que me hayas transmitido tus buenas energías. Espero que continúes disfrutando de los delirios que se esconden en el jardín del Edén. Un beso.

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