» Lo que se oculta tras un asesinato.

Siento que mi corazón va a salir del pecho. Siento que mis pulmones se agitan. Siento muerte. Siento una vez más el sufrimiento de antaño. Me desconsuela que todo vaya a salir mal otra vez. Una segunda oportunidad en la que vuelvo a morir, en la que vuelvo a estar maldita. Mi corazón está apunto de estallar. Quiero salir de aquí. Necesito salir de aquí. Y no puedo. Estoy atrapada en este juego de azar. Estoy atrapada en este laberinto de preguntas sin respuestas y la duda no deja de invadir mi cabeza. ¿Qué puedo salir? ¿Cómo puedo salir victoriosa de esta maldición? No puedo abrir los ojos. Todo se vuelve negro. La presión puede conmigo. Me ahogo...

Desde que desperté en el jardín del Edén pensé que no volvería a pasar miedo. Pensé que no volvería a correr el mismo destino que en antaño. Pero me equivoqué. Siempre me tengo que equivocar. La sangre deja de recorrer mis venas... No, otra vez no... Por favor. La sangre fluyendo por todas parte. Los recuerdos volviendo a torturarme. Es una pesadilla. Siempre se trata de una pesadilla, de una pesadilla de la que jamás podré despertar. Intento contener las lágrimas, pero ya no puedo más. Una vez más, la historia se vuelve a repetir. El origen. El comienzo de todo. El mismo asesinato a medianoche. 

¿Cómo escapar de tus garras? ¿Cómo salir y abandonar el juego? Es imposible. Por mucho que corra. Por mucho que intente esconderme. Tú seguirás ahí, en las sombras, acechándome, esperando el momento preciso para volver a manipular mi cuerpo y acabar conmigo. Eres muerte. Eres veneno. Eres todo lo que yo odio. Eres la viva imagen del egocentrismo. Eres mal. Y la verdad es que tú no eres consciente de tus actos. No eres consciente de todo el daño que me provocas, o no quieres serlo. 


Aquí empieza y termina una historia, una vida, una nueva oportunidad. Tus manos alrededor de mi cuello apretándome con fuerza y mi vida se va consumiendo. Y mi vida se va acabando.

Gritos de socorro. Gritos ahogados los cuales intentan inhalar el poco aire que queda a mi alrededor. El adiós definitivo de la vida. Todo se vuelve negro. Todo se tiñe de sangre. Culpable. Eres culpable de mis pecados, de mi destino. Pero no quieres verlo. Pero no quieres percatarte de la maldición que eso conlleva. Me matas. Me asesinas. Intento sobrevivir a tu juego, pero ya es demasiado tarde. Ya no hay escapatoria. Un bucle sin fin de sueños rotos y esperanzas perdidas. ¿Qué puedo hacer yo ahora? He luchado, de veras que he luchado con todas mis fuerzas... Pero el tiempo se me está acabando. Ya no hay vuelta atrás. Nunca hubo vuelta atrás.

Siento que mi corazón va a salir del pecho. Siento que mis pulmones se agitan. Siento muerte. Siento una vez más el sufrimiento de antaño. Pensé que no volvería a correr el mismo destino que en antaño. Pero me equivoqué. Un sin fin de imágenes acuden a mi mente como si de una explosión se tratara y poder así ver ante mí toda una vida, todo lo que pudo ser y jamás será. La sangre corriendo por doquier por mi cuerpo, en tus manos... Esa mirada clavada en la mía... Esos ojos verdes envidia que apagan poco a poco el fuego de los míos. El corazón va dejando de latir a cada segundo que pasa. Me estrangulas. Me vuelves a clavar el puñal. Jamás podrá existir un final feliz. La maldición jamás se romperá.

2 comentarios:

  1. Y mi condena no hace mas que empezar.
    Como siempre una delicia leerte.
    Saludos

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    1. Muchas gracias por el feedback. Siempre me alegra leer tus opiniones. Espero volver a verte pronto por estos lares. Un fuerte abrazo.

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