» Batalla de cuerpos excitados.


¿Era esto a lo que los hombres llamaban necesidad humana? "


Y no se podía evitar. Todo había cambiado y las cosas eran de esa manera. Entregar el cuerpo abierto y desnudo, mientras sentía un odio profundo sin saber por qué, a él. Mi cuerpo experimentaba cambios. Dejé de tener la piel como el hielo a tenerlo tan encendido como las llamas. El fío desapareció por completo, pero él me ganaba: su cuerpo ardía más que el mío, y yo lo odiaba. Que él se pusiera por encima de mí de alguna manera hacía que me pusiera de los nervios. Nada. Nada se podía hacer excepto dejarse llevar por los sentidos. Adquirir conocimiento en cuanto al placer. 

Sus manos que acariciaban cada centímetro de mi piel, sus labios que saboreaban con ansia mi lengua, sus penetrante mirada que se oponía de dejar de observarme, sus piernas que se entrelazaban con las mías. No podía escapar, pero tampoco quería. La excitación que una vez despertó en lo más íntimo de mí decidió poseer mi cuerpo y seducir mi alma. Una vez que vivido el primer encuentro ya no hay vuelta atrás. El peor de los pecados, tal vez. Brota y brota de vez en cuando esa sensación de ansía y excitación, y lo más curioso de todo eso es que yace cada vez que lo tengo delante, mirándome con sus ojos brillantes y serios. Lo más impresionante de todo es que me dejo hacer y no lo entiendo. Sé que no quiero, pero mi cuerpo se rebela contra mí. Posesión.

Jadeos que se convertían en gemidos. Gemidos que se convertían en gritos de placer cada vez más intensos. Manos curiosas que exploraban mi intimidad. Saliva que recorría mis excitados pechos. ¿Y qué puedo hacer yo?. Dejarme hacer. 

Una parte de mí deseaba más y la otra sentía asco por los actos que cometía. Quería hacerle daño y demostrarle quién era el sargento aquí. Quería que se detuviera. Sólo me limité a hincarle los dientes en su hombro izquierdo y lo único que obtuve fue una pícara sonrisa de placer. Traviesa me susurró. ¿Cómo se atrevía?. Su cuerpo se pegaba cada vez más al mío. Mi húmedo sexo disfrutaba con sus roces. Iba demasiado lejos y yo me sentía impotente al no poder hacer nada. Era muy extraño porque estaba libre de ataduras y sabía que, muy en el fondo de mí, quería llegar al éxtasis. No me entendía a mí misma. No podía pensar con claridad. Mis agudos gemidos eran música para él, mi cuerpo la escultura perfecta y él se estaba convirtiendo en escultor. 

¿Qué había sido de la persona en la que me había convertido tras mi muerte?. No, la verdadera pregunta era, ¿en qué me estoy convirtiendo ahora?. ¿En qué me dejo convertir?. Sumisión, una vez más. Quería demostrarle que no era su marioneta. Prometí no volver a ser un ratón de laboratorio y le aparté de un empujón de mí. Sí, soy fuerte, ¿asombrado?.

Me abalancé sobre él y le pellizqué los pezones. Le agarré bien fuerte de las muñecas y le dejé las cosas bien claras. Todo lo que pensaba, lo que sentía, lo que me hacía pasar y sentir, quién era yo y quién era él. En menos de cinco minutos y cincuenta y  nueve segundos se lo dije todo. Y lo que más me sobresaltó era ver como él me escuchaba. De verdad. Diferencia. Algo que yo creía imposible de un hombre.

Él parecía una persona callada, por lo que deduje que no obtendría respuesta alguna. Y así fue. Lo único que hizo fue morderse el labio inferior. Parecía que mi voz le excitaba. Y pude comprobar que así era. No se lo merecía. No merecía poseerme, invadir mi espacio vital. Nada. Quise vengarme una vez más y mis uñas le arañaron con fuerza todo el torso desnudo y precioso que tenía. Lo besé con insistencia. No sé por qué, la verdad, pero lo hice. Mi lengua recorría toda su cavidad hasta encontrar su lengua. Se entrelazaron. A continuación mordí su labio superior con especial ímpetu esperando a que él gritara de dolor. Y así lo hizo. Me mofé de él y mi lengua seguía recorriendo su cuerpo. Al cabo de un tiempo su cuerpo parecía estar firmado por mis mordiscos. Eso me excitaba. Ahora era él quién tenía mi huella. Y no sería la única...

Y ahí estaba, su miembro completamente excitado y duro ante mí. Y quise arrancárselo y ver como todo se llenaba de sangre, como mi cabello. Algo que, sin duda, no olvidaría. ¿Qué debería hacer con ella?. Quise que me contestara y cuán fue mi asombro cuando me dijo que quería eso mismo: que le arrancara lo más viril que tenía el hombre. Mi cuerpo se congeló de nuevo durante un instante. Mis oídos no podían creer lo que las palabras que habían salido de esa lasciva cavidad. ¿Lo haría?. No supe cómo reaccionar, pero algo tenía que hacer. Mis manos se acercaron a su miembro con cuidado y tras unos segundos de duda lo agarraron con fuerza. Estaba en blanco. Mis ojos perdieron todo su brillo. Empecé a masajearle el sexo con un movimiento de vaivén y, mirando a la nada, sin poder reaccionar, sus jadeos se intensificaron y empezaron a convertirse en una dulce melodía para mis oídos. Ahora todo era diferente. Las tornas habían cambiado y yo no podía hacer nada, una vez más. No me reconocía. No sabía por qué lo hacía y qué era lo que me incitaba hacerlo. Me sentí sucia conmigo misma...

Entonces él tiró de mi mano sin yo darme cuenta y eso hizo que yo cayera sobre él.
 Lo último que recuerdo fueron unos susurros sensuales que procedían de sus carnosos labios.


¿Tienes hambre, Pandora?

11 comentarios:

  1. Aaaaaaaaaaaaaala, qué cosa más pornooosssa ·_· pero está guay *O*
    xD

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  2. ...Hola, soy nueva, llegué a este blog a través de otro y me gustó. Espero ser bienvenida :) Escribes de una manera que atrapa, está muy guay
    leí todas tus entradas, y me mola como escribes, de verdad >.< :3
    Pero esta entrada, aunque la escribiste de una manera excelente e impecable...eeeesss...de esa clase de entradas que hacen pensar que alguna vez en tu vida has visto hentai ¬¬ Jajaja xD bueno, sigo manteniendo que escribes realmente bien :) ¡sigue así!

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    1. Siento mucho no haberte respondido antes. No sé por qué Blogger no me había notificado este comentario, de veras, pido una disculpa. Te mereces una buena bienvenida, así que siéntete libre de hacer lo que te plazca por el Edén y disfruta de una buena taza de té. Muchas gracias por dejar tu comentario. Eso es lo que realmente alimenta a este blog. Espero poder verte de nuevo por aquí y que puedas disfrutar, nuevamente, de cada uno de los delirios. Me alegra que te haya gustado esta entrada, a pesar de su contenido sexual. Son simples cosas que pasan, la vida misma, la propia naturaleza del ser humano...

      Un beso muy grande ^^

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  3. Anónimo04:52

    OMG!! me he exitado, me dieron ganas de ser Pandora jajajaj :-o<==8

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    1. Muchas gracias por haber dejado tu confesión. Espero que sigas disfrutando de los encantos enigmáticos de este Edén. Un beso muy grande.

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  4. Anónimo19:39

    No subes novelas????

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    1. Todos los miércoles y domingos se podrán disfrutar de nuevos delirios, son mini relatos individuales que se relacionan entre sí, pero son todas de las mismas temáticas. No encontrarás ninguna otra cosa que no esté relacionado con 'Los delirios de Pandora'. Este tipo de blog-novela es un nuevo modo de leer y experimentar con la literatura. Un saludo, anónimo. Espero que disfrutes de tu estancia en el jardín del Edén.

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  5. Anónimo03:39

    Muy muy bueno

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    1. Muchas gracias por el comentario, amigo.
      Espero que sigas disfrutando de los placeres que este Edén ofrece.
      Un abrazo y hasta la próxima.

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  6. 2010?
    sentí excitación no por lo que hayan leído los mundanos de arriba, sino al saber que mi reina tiene un lado perverso y mas contradictorio del que eh pensado. Un final digno "¿tienes hambre,pandora?" ud, tiene una sed insaciable, de odio y lujuria, de ver recorrer ese liquido espantoso que tiene todo ser humano, le doy una pista, no es sangre.

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    1. Sí, así es, querido amigo. Este Edén vio la luz por primera vez en 2010. ¿Sorprendido? Y sí, hay un lado oscuro, un lado perverso... Un lado que nadie conoce. Las dos caras de una misma moneda. Así pues, ya te dije que la llama ardía con toda su intensidad dentro de mí y que en algunas ocasiones toda esa pasión y ese deseo sale al exterior. Si su curiosidad es lo suficientemente grande podrá llegar a ciertos rincones de este paraíso dónde solo puede hallar placeres prohibidos...

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