» Decepciones en el crepúsculo.

¿Cómo he sido capaz de ser tan ingenua? ¿Cómo he sido capaz de hacerme tales ilusiones? No lo entiendo. No entiendo cómo he podido caer en una mera ilusión. Me has decepcionado. Me has vuelto a decepcionar. Pensé que esta ocasión todo sería diferente, pero me has demostrado, nuevamente, que las cosas no son siempre como deseamos que sean. Que las cosas no pueden salir siempre como esperamos. Que las cosas jamás podrán ser perfectas al cien por cien. ¿Cómo he podido creer tus palabras y esperarte toda la noche? Lo sabía, yo lo sabía. Muy en el fondo lo sabía, me lo temía. Sabía que iba haber algo que iba hacer que mi sueño fuera perturbado. Pensé que ahora las cosas podrían cambiar y que pudiera respirar en paz durante un tiempo. 

Me has vuelto a decepcionar. Y esta vez me has hecho muchísimo daño. Posiblemente mucho más daño que todo lo que he llegado a recibir tiempo atrás. Y mi pregunta siempre es la misma, ¿por qué? ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me haces creer en ilusiones que jamás existirán? ¿Por qué me das estas falsas esperanzas? Quiero que dejes de seguirme. Quiero que dejes de alimentarme con tus mentiras y que dejes de prometerme cosas que ya no puedes cumplir, pues me siento cansada, terriblemente cansada de este juego. Tan sólo quiero que des la cara y que me mires fijamente a los ojos. 


Que salgas a la luz y me digas la verdad. Toda la verdad.

Estoy harta de tantas decepciones. Estoy harta de tantísimas cosas. Y no sé si eres consciente de todo ese daño que has hecho. Y no sé si eres consciente de todo lo que siento. Estoy harta de muchísimas cosas. Y todo por tu culpa. Siempre todo por tu culpa. Ya no quiero seguir creyendo en tus palabras y tus falsas esperanzas. Quiero poder disponer de tu cuerpo para vengarme y sacar todo el mal que llevo dentro. Me he cansado de tantas lágrimas de sangre. Quiero arañarte. Quiero despedazarte. Quiero que sientas todo lo que yo he sentido a lo largo de todo este tiempo. Sí, eso sería una muy buena idea, ¿no crees?

De verdad, por favor, ya basta. Quiero que te des cuenta de tantas cosas... Quiero que te des cuenta de todo y que respondas por tus actos. Quiero gritarte tantas cosas y decirte, no, más bien confesarte todo lo que llevo guardado durante todo este tiempo. ¿Pero de qué serviría? ¿De qué? De nada. Tanto tú como yo lo sabemos, y eso es así. Tristemente, pero cierto. Hay ocasiones en las que siento que he perdido las fuerzas para seguir luchando contra ti. No se trata de luchar, sino de defender, eso es. Hay ocasiones e las que siento que he perdido las fuerzas para seguir defendiéndome de ti. ¿Cómo he sido capaz de ser tan ingenua? ¿Cómo he sido capaz de hacerme tales ilusiones? No lo entiendo. No entiendo cómo he podido caer en una mera ilusión. Me has decepcionado. Me has vuelto a decepcionar. Todavía no soy consciente de mi asombro. ¡Es que no debería de estar tan sorprendida!

Quiero estar sola. Quiero soledad. No te quiero cerca. ¿Entiendes lo que digo? No quiero estar cerca de una persona que no hace más que hacerme daño, de engañarme y prometerme cosas que jamás se harán realidad. No lo soporto más. No te soporto más. No quiero que vengas a mí con tus miradas verde envidia y tus sonrisas conquistadoras si después haces lo que haces. Sabes de lo que estoy hablando. Sé que lo sabes. ¿Cómo he podido creer tus palabras y esperarte toda la noche? No sé si tengo palabras o la propia fuerza para responder si quiera.  Estoy harta de tantas decepciones. Todo es culpa tuya, absolutamente todo. No quiero que vuelvas a mi lado. No quiero que vuelvas a acercarte a mí si vas a continuar con ese peligroso juego lleno de veneno.

2 comentarios:

  1. A veces la gente parece empeñada en decepcionarnos una vez tras otra. Confiamos, depositamos nuestra ilusión y nuestra inocencia sobre esa persona una y otra vez, y nos engañamos a nosotros mismos repitiéndonos que no volverá a pasar, que esta vez será la última, pero en el fondo, sabemos que no es cierto, una pequeña voz en nuestra cabeza nos advierte de todo, aunque a veces no seamos capaces de escucharla.
    Aún así, nunca te calles nada, Pandora, porque eso sólo te provocará ansiedad, dolor, ira... Suéltalo todo, libérate, porque si no lo haces estarás encerrándote en tu propia jaula... Te digo estas palabras desde la experiencia, porque cuando dices las cosas, te escuche o no la otra persona, al menos tu conciencia se queda tranquila de haberte expresado, y de haberlo intentado...
    Un beso enorme, Pandora.

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    1. Me alegra mucho volver a verte por aquí, Shenia. Creo que no podrías haberlo describid mejor. No podemos evitar confiar en las personas y estás a su vez no pueden evitar decepcionarnos.Se trata, sin duda, de una muy triste realidad, ¿no crees? Sin embargo, me ha gustado mucho leer tu confesión, todo lo que dices acerca de no callarnos nada, de liberar lo que sentimos y pensamos... sin duda es algo muy inspirador. Gracias, nuevamente, por compartir con nosotros tus opiniones. Un beso grande y nos veremos pronto, querida.

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