» Un odio incesante.

Te odio. Te odio con locura. Te detesto, simplemente te detesto con todas mis fuerzas. No quiero saber nada de ti. No quiero que te acerques a mí. No quiero que te acerques a aquello que no te pertenece. Desaparece. Desaparece de mi vista, de una vez por todas. Te odio. Te detesto. No soy capaz de soportar esta situación otra vez más. Eres falso. Eres traición. Eres veneno. Deja de sonreír como si nada hubiera pasado. No quiero que me tiendas la mano. No quiero que vuelvas a apuñalarme en la espalda. Quiero que desaparezcas. Por favor, lárgate de aquí. Deja de invadir mi Edén. Deja de imitar mi sombra. Te detesto con todas mis fuerzas. Ansío tu muerte. Ansío tu destrucción. Ansío que sufras de la misma manera en la que me hiciste sufrir a mí. No eres consciente  de tus actos. No eres consciente de tus movimientos. Jamás me cansaré de repetírtelo, eres envidia, eres veneno. Eres la traición personificada.


Ya no sé cómo decirte las cosas. Ya no sé qué demonios puedo hacer contigo. Tengo la necesidad de desgarrarte la carne. Tal vez con verdadero dolor te dieras cuenta de las cosas. Pero no. Eso es demasiado fácil y tanto tú como yo sabemos lo que sucede cuando preparamos una trampa que se aleja de lo convencional. La ira controla mi cuerpo. La rabia empieza a extenderse por todo el Edén. 

Quiero que todo este tormento acabe. Quiero que todo este malestar desaparezca. Quiero que desaparezcas de mi paraíso. Te odio. Te odio. Te odio. No llegas a comprender cuánto te detesto.  Ojalá te dieras cuenta de todo esto. Ojalá fueras consciente de tus actos. 


Deja de sonreírme como si fueras mi compañero, pues no lo eres. Eres una ilusión. Eres la mentira. No soy capaz de controlar todo este odio. No consigo entender cómo no eres capaz de darte cuenta de nada. Mira mi rostro. Mira mis ojos y dime qué es lo ves. ¿Realmente no eres consciente de mi desagrado? De verdad, eres un ser horrible. Ya no voy a caer en tus juegos ni tenderte la mano. Ya no voy a seguir adelante con esto. No quiero que sonrías. No quiero que me guiñes el ojo. No quiero escuchar ni una sola palabra más de tu pícara boca. Lárgate. Lárgate de aquí, para siempre. No vuelvas. Aléjate de mi cuerpo. Llévate tu lujuria contigo. Te odio. Te detesto. Pienso firmemente que jamás me cansaré de demostrarte mi desagrado. Me abrumas. Me tormentas. Me agobias, simplemente. Te odio. Te odio. Te odio con todas mis fuerzas. Quiero que desaparezcas, pues eres el ser que más detesto en todo este Elíseo. Eres falso. Eres traición. Eres veneno. 

Por favor, lárgate de aquí. Deja de invadir mi Edén. Deja de imitar mi sombra. Ansío tu muerte. Ansío tu destrucción. Ansío que sufras de la misma manera en la que me hiciste sufrir a mí. No tendré compasión contigo. No voy a dejar que me derrotes. Sé que tienes un plan, un plan en mi contra. Mi destrucción. ¿Pero sabes qué? Soy Pandora y voy a adelantarme a los acontecimientos y a defenderme. Ya sabes lo que dicen,"el ataque es una buena defensa". Y así será. No vas a destruirme, no. Jamás. Te odio. Y cada día que pasa me voy haciendo más fuerte. Voy controlando esta ira y espero con paciencia el día en el que pueda darte el ultimátum. Pero ten cuidado, bastardo, pues en cualquier momento esta bomba de relojería podría explotar... 

3 comentarios:

  1. Demonios. Me dejaste sin aliento. No sabria decirlo, pero me hiciste pensar muchas cosas. Me llego. Y pues me gusta mucho tu manera de escribir y expresarte. Eres muy buena. Besos :*

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    1. Muchas gracias por dejar tu confesión y compartirla con todos nosotros, Claudia. Siempre está bien saber si realmente mis delirios llegan a las víctimas del Edén. Así pues, espero que sogas disfrutando de cada uno de ellos. Pronto nuevas sorpresas. Un beso muy grande.

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    2. Pues si que llegan. Y aquí estaré, espero el siguiente. Besos :*

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