» El retorno del Dios del sueño.

Hacia tiempo que no sucedía nada de esto. Sí, así es. El Dios del sueño ha vuelto a mí. De nuevo he caído en sus encantos. De nuevo me he consumido en mis lágrimas y me he desvanecido entre las sombras. La hora de dormir ha llegado. La hora de fortalecer la coraza ha regresado. No me importa cerrar los ojos y no despertar. No me importa olvidar que he estado aquí siendo tu víctima. No me importa, simplemente, comenzar de nuevo bajo otro cielo estrellado. Mucho tiempo he tenido que esperar a que Morfeo regresara a mí. Mucho tiempo he tenido que esperar para recuperar toda mi fuerza. Y mi cuerpo ya no aguanta más. Y mi cuerpo ya no puede más. Necesito cerrar los ojos, aunque sea durante un instante.

¿Qué es lo que me esperará cuando despierte? ¿Qué será lo que ocurrirá entonces? ¿Cómo me encontraré al Edén? ¿Los lirios rojos se marchitarán al final? ¿Quién me esperará al final del sendero? Preguntas, preguntas... siempre nuevas preguntas que invaden mi mente. Pero no tengo miedo, Morfeo. Ya no puedo tener miedo. Dicen, amigo, que las cosas suceden por una razón. Y a mí me ha costado mucho entenderlo. Dicen, amigo, que después de la tormenta viene la calma... Pero yo aún no la he conocido. ¿Llegará mi verdadera calma cuando despierte? ¿Podré volver a mirar mi reflejo en el espejo con los mismos ojos? Quien conocer, Morfeo. Quiero respuestas a todas y cada una de mis dudas. Pero no será en esta ocasión, ¿verdad? Ahora toca cerrar los ojos. Ahora es tiempo de dejar que la oscuridad me consuma, que la oscuridad invade mi paraíso. Cerrar los ojos con suavidad, y con paciencia ver qué es lo que me espera esta vez. ¡Una nueva aventura, lo sé! Y qué emoción me provoca en lo más profundo de mi ser.

Ahora sonrío. Ahora sonrío porque ya no me da miedo cogerte de la mano. Ya no me da miedo abrazar tu esencia, Dios del sueño. He sufrido mucho, sí, lo sé. Pero soy una auténtica luchadora y he podido con todas las batallas. Y sé que esta no será la última. No pienso dejar que el dolor de cabeza, que la enfermedad, me destruya. No pienso dejar si quiera que el intruso interfiera en mis planes, en mi destino. Morfeo... ha llegado la hora de cerrar los ojos, aunque realmente no sé si los llevaré a abrir. Una nueva experiencia está apunto de comenzar. Una nueva puerta está apunto de abrirse ante mí. ¿Algún día veré la luz? ¿Algún día todo este mal desaparecerá? Los recuerdos, los miedos, los pecados... Sé que algo hay más allá de los horizontes del Edén.

Oh, Morfeo, amigo mío... No puedo esperar a aventurarme en este nuevo viaje. Toma ya de mi mano y muéstrame tu maravilloso universo. Quiero conocer. Quiero perderme contigo en el nuevo mundo, en el mundo oculto de las tinieblas. Y no vayas a soltarme porque te prometo que lo lamentarías mucho. Oh, Morfeo, amigo mío. Es hora de volver a sentir libertad y romper con las cadenas de la opresión. Dormiré sin saber muy bien cuándo volveré a ver la luz del sol de este reino misterioso. Dormiré, dormiré nuevamente sin sentir temor alguno. Al fin puedo decir que he encontrado un lugar al que sólo yo puedo tener acceso. Yo y tú, Dios del sueño. Tú y yo. Un paraíso oculto donde mis pecados y mis errores no valen nada. Un lugar donde ninguna mirada pueda espiarme, donde ningún dedo señalador pueda acusarme de absolutamente nada. 


Morfeo, amigo mío... ¿estás preparado para cerrar los ojos una vez más?

2 comentarios:

  1. ¿En la oscuridad encontraré la calma que la tormenta deja al final?

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    1. Quién sabe... eso sólo lo podrás descubrir entregándote a la oscuridad, ¿no crees? Se valiente. Un abrazo grande.

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