» Inquietudes sobre el pasado carmesí.

No puedo evitar mirar atrás. No puedo evitar mirar atrás y ver hasta dónde he llegado. Hay veces en los que me siento muy, muy triste. Solía pensar que la soledad me hacía bien. Solía pensar que si estaba aquí era por alguna razón. Creí que había comprendido la razón de mi existencia... pero hay ocasiones en el que lo pongo todo en duda. Dudo de mí misma. Dudo de lo que me rodea. Dudo de mis recuerdos de antaño y dudo también de mi propia muerte. ¿Y si todo ese sufrimiento no fuera real? ¿Y si todo lo que creo que me ha sucedido no es más que otra mentira? Puede. Tal vez. Quién sabe. No me extrañaría lo más mínimo. A lo mejor siempre viví aquí, en el Edén. A lo mejor no era real toda esa sangre derramada. Puede que jamás haya muerto. Puede que jamás me hayan asesinado. Puede, incluso, que jamás me haya enamorado. ¿Entonces? ¿Por qué me siento tan vacía? ¿Acaso no soy verdaderamente feliz en este paraíso sólo para mí? No lo sé. No sé responder...

No puedo evitar mirar atrás en el tiempo. No puedo evitar andar hasta el lago y mirar mi reflejo en e agua. Es ahí cuando consigo hacer memoria y ver en mi reflejo toda esa pesadilla vivida en antaño. Parece real. Lo siento real... pero dudo. Ni si quiera entiendo cómo soy capaz de dudar de semejante atrocidad. Precisamente por eso, tal vez. A lo mejor es por eso por lo que estoy dudando. ¿Semejantes actos pueden ser verdaderos? Ah, quién sabe. No puedo evitar sentir un vacío por dentro que me consume. Me encuentro triste, mirando mi alrededor, intentando comprender mis propios delirios. Puede que sea verdad que soy una demente y que esta enfermedad me está consumiendo. ¿Qué clase de consuelo puedo encontrar si fuera afirmativo que todos esos malos recuerdos fueran una mera ilusión? ¿Y si jamás abrí la caja de Pandora? Ah, quién sabe.

Este es mi hogar. El jardín del Edén. Un lugar lleno de secretos y enigmas. Un lugar misterioso y prohibido donde todo es posible. Un santuario. Un reino. Puede que esto sea la realidad. Puede que esto sea todo lo que necesite. No entiendo por qué tanta preocupación, tanta inseguridad. El jardín del Edén me protege. El jardín del Edén me cuida. ¿Por qué me tengo que refugiar en la duda de unos fragmentos de memoria que quedaron ya muy atrás? Ah, quien sabe. A lo mejor es una señal. A lo mejor es el Destino que intenta encomendarme una nueva misión. El mundo está lleno de sorpresas. Nunca sabes dónde puedes acabar. Esta es una historia inacabada, múltiples son las posibilidades. Pero yo, sin embargo, no puedo evitar sentirme así de solitaria. 

Creía que la soledad era mi aliada. Jamás necesité de nada ni nadie. ¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora la duda llama a mi puerta? La verdad es que me encantaría poder hallar la verdad detrás de toda esta parafernalia que se origina en mi cabeza. ¿Esos recuerdos son reales o son una mera ilusión provocados por una mente aburrida y enferma? ¿De verdad viví todo ese sufrimiento? ¿Realmente hicieron todo eso con mi cuerpo? Me miro las manos y las veo llenas de sangre, de mi sangre. Me aterro. Me siento incómoda ante la posibilidad de que todas mis preguntas obtengan respuesta algún día. Pero, ¿qué puedo hacer yo? Ah, quién sabe. El jardín del Edén se encuentra en silencio. No quiero desvelarme ningún secreto. No quiero contarme la verdad. ¿Cómo debo de sentirme pues? No lo sé. No puedo tener una respuesta clara y precisa. 

No puedo evitar mirar atrás. Siento que la soledad me está pesando demasiado. Pero por otra parte siento que no puedo hacer nada de nada para sentirme así de... vacía puede que sea la palabra que estoy buscando, sí. Y con esto no quiero decir que no me sienta arropada por el Edén, no, pero tener una mente tan inestable hace que a veces me sienta ahogada por mí misma, por mis propios pensamientos. Creí que había comprendido la razón de mi existencia... pero hay ocasiones en el que lo pongo todo en duda. Dudo de mí misma. Dudo de lo que me rodea. Dudo de mis recuerdos de antaño y dudo también de mi propia muerte. Tengo la necesidad de saber la verdad por mucho que esta me asuste. Me encantaría que el jardín del Edén me mostrara su verdadera esencia y que me hiciera una única confesión en el que todas mis dudas se disiparan al fin. Necesito que me hable. Necesito que me consuele. Por favor, querido paraíso elíseo, ilumina mi sendero marchito y difuminado.

2 comentarios:

  1. "Tener una mente tan inestable hace que a veces me sienta ahogada por mí misma, por mis propios pensamientos"

    Me has calado. Me ha gustado mucho!!

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    1. Muchas gracias por haber dejado tu confesión en este Edén. Espero que sigas disfrutando y que dejes tu huella más a menudo por aquí. Un beso muy grande, amiga.

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