» Buscando el sendero de la libertad.

Me gustaría poder ser capaz de hablarte sobre lo que siento. Me gustaría poder ser capaz de expresar mis sentimientos. Me gustaría poder tener total control de mis emociones. Me gustaría tanto poder... dejarme llevar. Pero cuando durante tantísimo tiempo se ha vivido en la profunda oscuridad te das cuenta de que no es tan sencillo despertar y comenzar una nueva vida. Ojalá lo pudiera haber entendido mucho antes. Ojalá hubiera podido salir de esa oscuridad mucho antes. Sin embargo, creo firmemente que hay que vivir ciertas experiencias, aunque de forma forzosa, para entender el verdadero significado de lo que está por llegar. Así pues, dicen que lo más importante es el camino que uno recorre y no la meta a la que se quiere llegar. ¿Realmente es esto cierto? ¿Realmente es necesario tanto sufrimiento?

Durante tantísimo tiempo he recorrido un sendero con la ansiedad cogida de mi mano. Durante tantísimo tiempo me había acostumbrado al sufrimiento. Me parecía completamente normal vivir en la desesperación y la angustia. Ahora lo veo todo de un modo muy diferente. Ahora y únicamente ahora se me ha sido revelado la verdad. Y a su vez, nuevas preguntas se me han ido formulando en mi mente: ¿por qué es normal vivir en constante agonía? ¿Por qué no he localizado otro sendero más llevadero y agradable? ¿He sido yo misma la que ha decidido tomar el camino hostil o he vuelto a ser manipulada para caer en la desdicha? ¿Por qué ha tenido que ser así y no de otra manera? ¿Qué habría pasado si desde un principio se me habría enseñado a tomar las decisiones correctas y el sendero correcto?

Es evidente que muchas son las cuestiones que propongo. Y es evidente que lo más seguro es que ninguna de esas preguntas sea contestada ahora. ¿El por qué? Porque no es el momento apropiado ni el lugar correcto. Dicho esto, ¿qué es lo que debo de hacer ahora? ¿Qué camino debo de tomar en esta bifurcación de la vida... Me gustaría poder ser capaz de hablarte sobre lo que siento. Me gustaría poder ser capaz de expresar mis sentimientos. Me gustaría poder tener total control de mis emociones. Me gustaría tanto poder... dejarme llevar. Pero... ¿qué es dejarse llevar? Ojalá hubiera conocido modos más sencillos de caminar entre la oscura profundidad de estos bosques. Ojalá no hubiera sido tan terca y hubiera sabido encontrar la manera de ver con claridad lo que me estaba rodeando. ¿De qué sirve arrepentirse ahora de todo esto?

Nuevos tiempos se avecinan para mí, eso es inminente. Nuevos cambios drásticos darán comienzo muy pronto en mi pequeño paraíso. No sé si debo de sentirme feliz o triste por ello. ¿Debería de dejarme llevar? ¿Debería de continuar formulando preguntas que jamás serán respondidas? No puedo evitar reflexionar y reflexionar acerca de las circunstancias que experimento a cada paso que doy. Debo de detenerme y pensar en frío. No quiero que todos mis pasos sean en vano. Quiero llegar a mi meta lo antes posible. No quiero seguir sufriendo por este sendero de lirios carmesíes. Me encantaría poder sentirme liberada de toda tensión de una vez por todas. Me encantaría poder ser libre para siempre. Es un hecho que anhelo poder romper las cadenas que me atan a la tragedia.

Me gustaría poder ser capaz de hablarte sobre lo que siento. Me gustaría poder ser capaz de expresar mis sentimientos. Me gustaría poder tener total control de mis emociones. Me gustaría tanto poder... dejarme llevar. Pero cuando durante tantísimo tiempo se ha vivido en la profunda oscuridad te das cuenta de que no es tan sencillo despertar y comenzar una nueva vida. Durante tantísimo tiempo he recorrido un sendero con la ansiedad cogida de mi mano. Me había acostumbrado al sufrimiento. Me parecía completamente normal vivir en la desesperación y la angustia. Ahora lo veo todo de un modo muy diferente. Debo de encontrar el modo de dejarme llevar. Debo de encontrar el modo de no sentirme culpable escapando de todo tormento. Debo de encontrar mi paz interior. Así pues, tengo muy claro que pienso hallar de una manera u otra mi propia felicidad. La felicidad verdadera.