» Últimas palabras antes del adiós.

No puedo evitar sentirme frustrada. No puedo evitar sentirme rota. No puedo evitar sentirme perdida. Pensé que al fin había encontrado mi camino. Pensé que nada iba a poder derribar mi ilusión en esta ocasión... Pero nuevamente me equivoqué. Este jardín del Edén ha sido testigo de todas las caídas al mismo tiempo que ha presenciado todas mis victorias. Por muchas veces que me haya tropezado, siempre he sido capaz de levantarme por mí misma. Sin embargo, parece que he llegado a un punto muerto.

No sé describir lo que siento en este momento. Mi decepción es grande y mis ganas de seguir luchando se van desvaneciendo cada vez más. Sí, así es, estoy apunto de tirar la toalla y esta vez parece que lo haré de forma definitiva. Necesito un empujón. Necesito esa fuerza que mantenga la llama viva dentro de mí. Necesito ese algo que me haga dar el gran salto para alcanzar mi marchita esperanza y revivirla. Quiero recuperar las ganas y sentir verdadero amor. 

Pero me siento rota. Me siento maldita. Me siento miserable. Pensé que ya nadie iba a poder hacerme daño, pero por enésima vez me he equivocado. No sé cómo reparar este daño. No sé cómo sanar esta herida. No sé cómo seguir adelante, pues pienso que haga lo que haga mi esfuerzo no va a ser suficiente y jamás podré estar a la altura de lo que se espera realmente de mí. Es triste. Es desconsolador. Es miserable. No tengo palabras suficientes para describir lo que siento y pienso en este momento. He llegado a un punto muerto donde soy consciente de que mi eco es lo único que me acompaña. Me duele tantísimo tener que admitir que lo he perdido todo luchando hasta el último momento, hasta mi último aliento.

Sin embargo, cuando ya no puedes ofrecer más no te queda otro remedio que sentarte y esperar a que algo grande suceda y te permita seguir avanzando. Ya no se puede seguir tirando de un hilo que no tiene más fibra. No se puede pretender sacarle la sangre a una piedra inerte. Y sí, es así cómo me podría sentir ahora mismo por dentro, inerte. Vacía. Rota. Muerta. Mi sangre ya no fluye con esmero. Mis ideas se agotan y mis ansias por ser curiosa se desvanecen.

¿Cómo puedo reparar este sentimiento? ¿Cómo puedo escapar de esta prisión? Cierto es que esta no es la primera vez que me siento así, pero creo que jamás he caído tan bajo. Nunca en todo este tiempo he tocado fondo y siento que ahora mismo me encuentro más allá del abismo. ¿Qué será lo que quedará de mí el día de mañana? ¿Cómo podré afrontar las adversidades que están por venir si no dispongo de la motivación necesaria? ¿Cómo he permitido que se me hunda tanto en lo más profundo de la oscuridad? ¿Qué queda en mí que pueda ofrecer si me siento muerta?

Supongo que fue bonito mientras duró. Fue hermoso poder experimentar este sueño, pero como cualquier otra cosa, todo llega a su fin y mucho me temo que este es el mío. No voy a llorar porque ya no me quedan lágrimas en mí para derramar. Estoy seca y cansada. Me hallo estancada en una encrucijada que jamás podrá ser resuelta. Me consumo en mis propias reflexiones y delirios y espero con paciencia y silencio hasta el final de mis días. Todo por cuanto he luchado se ha congelado en el tiempo. El final ya está aquí y de nada sirve el arrepentimiento y las lamentaciones. Ojalá pudiera volver atrás y tomar las decisiones correctas. ¡Ojalá aquel gato hubiera sobrevivido a su curiosidad!

No sé qué más decir que no se haya mencionado ya... Había tanto por lo que luchar y tanto que descubrir. Ojalá mi coraza hubiera sido lo suficientemente sólida para aguantar todos y cada uno de los golpes, uno tras otro. Ojalá mi valentía se hubiera mostrado firme desde el primer momento. Ojalá no hubiera caído presa de mis deseos tan repentinamente. Pero como todo en este misterioso universo, algún momento hay que decir adiós y confirmo desde este preciso instante que esta será la mía, la definitiva. Así pues, gracias queridos sueños, por haberme mantenido en este paraíso tanto tiempo experimentando excitantes y emocionantes aventuras. Sin duda alguna, esos buenos recuerdos jamás se esfumaran de mi conciencia.

4 comentarios:

  1. Hola chica, yo se que es difícil cuando todo mundo te lastima, en lugar de ayudarte las personas que según te quieren solo te juzgan y nos hacen sentir que solo somos mierda, yo se que es difícil pero siempre hay levantarse y seguir adelante seamos u fénix que de las cenizas volvemos a nacer mas fuertes que nunca. Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por tus palabras, querida. Tu sola presencia por estos lares me ha alegrado muchísimo. Así pues, espero poder recobrar fuerzas con tus palabras y que otros curiosos también tomen ejemplo. A veces es complicado continuar con esa fuerza de la que hablas, pero debemos de mantener la llama siempre viva cueste lo que cueste, sacar fuerzas de flaqueza. Debemos de encontrar el equilibrio en nosotras mismas antes de poder encontrarlo en los demás. Ojalá tu mensaje llegue a más gente y ojalá pueda volver a leerte pronto. Un abrazo muy grande y hasta la próxima.

      Eliminar
  2. Entiendo que hay momentos en que las fuerzas desaparecen, los he vivido infinitas veces, pero debemos salir adelante y seguir peleando, aunque creamos que no podemos más, porque siempre se puede más, y apoyarnos en los que nos quieren ver bien.
    Quizás no sea alguien cercano a ti, pero te quiero ver bien, así que espero que mis palabras, mi fuerza y mis ánimos te lleguen y te ayuden a ponerte en pie de nuevo
    Un abrazo enorme amiga mía

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes cuánto significan para mí tus palabras y tus buenas intenciones. Muchísimas gracias por el apoyo que tan bien he recibido. Sin duda me han dado fuerzas para levantarme con más ánimo. Pero no sólo para mí, sino para todas esas personas que se sienten mal y que se encuentran sumidos en una oscuridad profunda en estos momentos. Ojalá todos ellos lean y acojan con gozo el mensaje que transmites. Entre todos podremos encontrar fuerza y coraje para continuar hacia adelante. Un fuerte abrazo, querida Naya y mil gracias nuevamente.

      Eliminar