» Recordando canciones de antaño (1º PARTE)

Cuando cierro los ojos, puedo oír tu voz a pesar del pequeño sufrimiento que siento en mi interior. Las manecillas del muerto reloj vuelven a funcionar, y así también los latidos de mi marchito corazón. Ahora las horas pasan y pasan, y jamás se detienen. Me hacen pensar en todo lo que pudo ser y nunca sucederá. Me siento extraña. No soy capaz de reconocerme. Me miro al espejo y no veo más que un profundo vacío. No sé cómo puedo volver a sentirme viva. No sé cómo puedo seguir manteniéndome en pie. Así pues, me encantaría encontrar un nuevo lugar en el que sentirme a salvo y poder desconectar de mi triste realidad. 

Mírame, estoy aquí esperándote a pesar de que estoy perdida en la soledad, con el viento soplando a mi alrededor de forma agitada. Me siento tan perdida sin ti. Me siento atrapada en esta agonía constante. Ojalá supiera seguir adelante sin ti, pues cada momento en el que tu ausencia invade mi reino, siento que todo carece de sentido. Mi corazón está protegiéndote todo el tiempo, así es cómo te siento. Sin embargo, cuando te vas, cuando desapareces tan repentinamente, ese mismo corazón se encoge y se autolesiona sin que pueda hacer yo nada. 


Desarma el sueño infinito.
Abre bien los oídos y escucha atentamente.
En este momento, me encontrarás donde se haya el silencio.
Deja la sangre fluir a través de todos los espacios del misterioso universo.

Nos encontramos en un lugar donde nada es lo que parece, donde todo es posible y donde las pesadillas toman forma humana. Aún así, no quiero perder la esperanza de que todo saldrá bien al final. Mis pensamientos se desvanecen cada vez que pienso en ti. Los problemas se disipan por segundos. Aquel muerto reloj continua haciendo tic-tac, sin detenerse jamás. Las horas pasan y pasan y mis canciones se convierten en extrañas cartas de desdicha y alocado amor. ¿Qué es lo que siento en mi interior en este mismo instante? Ojalá lo supiera. Me encantaría poder hallar la verdad, poder encontrar cuerdos todos mis sentidos.

Ya no hay lágrimas para derramar. La impotencia aquí no tiene lugar. Todo lo que yo creí no era más que una ilusión. Aún así, yo aquí siempre te esperaré. Y hasta que regreses, aquí yo estaré, cantando una y otra vez las mismas estrofas de aquellos delirios que creía olvidados. Y es que, aunque estés lejos de mí yo sé que me sientes en lo más profundo de tu ser. Mírame, yo aún quiero creer en ti. Mírame. Regresa a mi lado. Mírame, quiero cantar para ti. Mírame y siente conmigo. Mírame, y dame explicaciones de lo que está sucediendo, pues no soy capaz de reconocerme. Me siento extraña. Miro al espejo y no veo más que un profundo vacío oscuro y penetrante.

Desarma el sueño infinito.
Abre bien los oídos y escucha atentamente.
En este momento, me encontrarás donde se haya el silencio.
Deja la sangre fluir a través de todos los espacios del misterioso universo.

Quiero ser capaz de entender mis propias palabras. Quiero ser capaz de sentirme en total libertad. Ojalá supiera seguir adelante sin ti, de veras que lo ansío, pero sé que una cadena irrompible me ata a ti hasta el fin de los tiempos. Cuando cierro los ojos, puedo oír tu voz a pesar del pequeño sufrimiento que siento en mi interior. Me causas a la vez dolor y alegría, placer y sufrimiento. Un sabor agridulce podría ser la perfecta definición de mi existencia, de lo que siento y de lo que estoy viviendo. ¿Podría ser acaso una señal? ¿Cómo puedo librarme de estas canciones malditas? ¿Cómo puedo hacer para que los delirios tengan sentido verdadero?

Es complicado. Ser Pandora es muy complicado. No estar cuerda es una maldición. Expresar lo que siento es un constante recordatorio de los fracasos obtenidos al otro lado de la puerta. Todo lo que experimenté cuando estaba viva era un mal sueño, pero es que todo lo que me está sucediendo en esta realidad también lo es. ¿Cuándo podré despertar y sentirme a salvo? ¿Cuándo podré ahogar esta presión que se agita en mi pecho? Quiero dejar de cantar, de recordar. Ojalá no te hubieras ido. Ojalá no hubiera permitido que te marchases. Vuelve conmigo. Regresa a mi lado y líbrame de esta maldición. Cúrame.

2 comentarios:

  1. Hola amiga,
    leí tu comentario en mi blog y solo decirte que para lo que necesites aquí me tienes, te parecerá una tontería porque apenas nos conocemos más allá de por nuestras entradas en respectivos blogs, pero me caes bien, podría decir que hasta te he cogido aprecio, y por ello quiero que salgas de todos los momentos malos que te acechen
    Un abrazo enorme y fuerte!

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    1. No digas que es una tontería, Naya. Eso jamás, pues gusta ver que aún hay personas buenas al otro lado de la puerta. Así que, muchas gracias por tu simpatía. Aunque apenas nos conozcamos, es bonito ver que hay personas dan su apoyo de una manera mucho más palpable y notable que entes que están más cercanos, no sé si entiendes lo que quiero decir... El caso es que agradezco mucho tu constancia y que tengo muy presente tu apoyo y aprecio. Por mi parte decir que también te aprecio, no sólo como blogger, sino también como persona, por las buenas vibraciones que transmites siempre. En serio, ojalá existieran más almas bondadosas como la tuya. Un fuerte abrazo siempre y cuando quieras, una taza de té.

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