» Recuerdos de un nuevo mundo II

Todo se vuelve negro. Todo se vuelve oscuridad. En un profundo sueño me he envuelto de forma inconsciente. No logro abrir los ojos y no logro formular palabra alguna. He abierto mi corazón a un nuevo mundo. He aquí las pequeñas confesiones de un alma carente de memoria. He aquí las confesiones del lirio ensangrentado. Aquí me hallo, consumida por la desesperación, ante las puertas de un nuevo mundo. Un mundo al que tú jamás podrás acceder. Un mundo en el que tú jamás llegarás a encontrarme. Mucho he llegado a consentirte, ahora es tiempo de tomar cartas en el asunto. Ahora es tiempo de tomar una decisión concisa.

Ya nada importa. Los recuerdos dolorosos se habían desvanecido, desaparecidos por siempre jamás. Las dolencias mentales habían cesado y por fin una nueva oportunidad se me estaba brindando. Ya no tenía por qué escuchar sus palabras. Ya no tenía por qué creerme sus mentiras. Él no era la salvación. Él no era lo que tenía que ser. Así pues, me encontraba frente a las gigantes puertas de un nuevo mundo, de un mundo lleno de enigmáticas oportunidades. Tan sólo tenía que reunir coraje para abrirlas y cruzar al otro lado. Sin miedo. Sin prisas. Con total confianza. ¡Vamos, Pandora, tú puedes! Me puedo permitir ser todo lo curiosa que quiera, pues sé que nada malo puede ocurrirme ahí adónde me dispongo a ir.

He visualizado en mi mente un mundo sin barreras, sin fronteras. Una nueva dimensión muy distinta al Edén. Es mi zona de confort, es mi guarida secreta. Algo nuevo y diferente con lo que llevo soñando y anhelando durante mucho tiempo. Este momento me permitirá encontrar la escapatoria verdadera y ganar cualquier sangrienta batalla. Conseguiré llevar a la realidad mi existencia en ese nuevo mundo, es ese hermoso y secreto lugar. 

De este modo la dicha me empieza a llenar el corazón ya que sé en lo más profundo de mi corazón que este lugar es sólo para mí y no pienso compartirlo con nada ni nadie. Ganas tengo ya de poder abrir los ojos y ver con plenitud lo que me espera. Quiero recibir una calurosa bienvenida y sentir que todo sufrimiento del pasado valió la pena. Quiero que ocurra de inmediato ese momento que tanto tiempo llevo esperando y buscando. Quiero comenzar una nueva aventura en solitario y que recordar cuál era el verdadero significado de la felicidad. 

¿Qué será lo que está por venir? Ahora mismo no soy capaz de visualizarlo en mi mente, pero creo que puedo sugerir muchas ideas interesantes. Quién sabe. ¿Debería de hacerlo? ¿Debería de ilusionarme? Es en este preciso instante cuando la duda llena mi alma y comienzan mis pensamientos a contaminarse... ¿Y si sale mal? ¿Y si todo esto no es más que otra mentira, producto de tu juego perverso? Ah, quién sabe. ¿De qué sirve ilusionarse cuando al final la caída es demasiado grande? ¿De qué sirve volver a creer y desear cuando el resultado nunca es siempre lo que espero? ¿Y si me defrauda? ¿Y si no cumple mis expectativas? Suspiro llena de dudas y maldiciones. No quería que sucediera esto. 

¿Por qué? ¿Por qué cuando falta tan poco para cumplir mi objetivo me tiene que entrar esta negatividad que no hace más que atormentarme y consumirme? Intento luchar contra ella con todas mis fuerzas, pero de nada sirve. Da igual la situación en la que me encuentre. Da igual la fuerza con la que vaya a atacar a mis miedos, siempre, siempre, siempre estará ahí para arrastrarme a lo más profundo de la oscuridad. 

Todo se vuelve negro. Todo se vuelve oscuridad. En un profundo sueño me he envuelto de forma inconsciente. No logro abrir los ojos y no sé si lograré abrirlos de nuevo. He aquí las pequeñas confesiones del lirio ensangrentado, un lirio que tiene altas expectativas de expandir su reino y que se encuentra ahora mismo sumida en inseguridad. Bienvenidos al otro mundo. Bienvenidos al casi otro mundo. Falta tan poco para llegar a conseguir la felicidad, aún tengo que luchar contra estos miedos. ¿Lo conseguiré? Esto no es más que el principio de una nueva era que está apunto de comenzar. ¿Qué sucederá? ¿Seré lo suficientemente valiente y fuerte para superar estas incertidumbres? Esto no es más que el principio de un largo caminar por un nuevo sendero en el que las maldiciones no caben lugar... O eso espero.