» Comienza la cuenta atrás I

Nuevamente, en un profundo sueño había caído. Sin quererlo. Sin esperarlo. Las fuerzas me habían abandonado para siempre, o al menos eso pensaba. Pero estaba equivocada, muy alejada de la realidad. Hay momentos en los que siento que no soy capaz de continuar. Hay momentos en los que siento que, haga lo que haga, todo es en vano. Confusa y abatida, decidí cerrar con llave las puertas del jardín del Edén para que nada ni nadie más pudiera invadir mi reino y destruirme desde dentro. 

Es curioso cómo son las cosas, cómo nuestro alrededor cambia poco a poco. Es curioso cómo nuestras emociones juegan con nuestra mente y nos encoge el corazón. Yo ahora me encuentro en un lugar cerrado, dentro de mí misma, dándome cuenta de cómo son las cosas en realidad, de lo lejos que he llegado. En definitiva, estoy dejando que la curiosidad posea mi mente. 

Quién sabe si es correcto o no dar señales de una vida ilusoria. Quién sabe si es correcto volver a asomar la roja cabellera por esas puertas colosales de mi querido Elíseo. Quién sabe... quién sabe... No puedo saber qué es lo que me aguarda al otro lado de dichas puertas. No puedo saber qué es lo que sucederá, si decido avanzar y sucumbir a mis propios delirios. Si una cosa he aprendido en todo este tiempo, es que mis preguntas jamás obtendrán respuestas si no proceden de mí misma. 

Así pues, el reloj se ha vuelvo a poner en marcha. Una vez más la rosa volverá a nacer de entre las llamas. No puedo seguir aquí escondida sin hacer nada, callada, reteniendo para mis adentros todas mis inquietudes. Debo de salir al exterior. Debo de enfrentarme a mis demonios. Poco a poco resurgirá el jardín del Edén. Poco a poco mi silencio se romperá. Volveré una vez más de entre los muertos. Volveré con más fuerza que nunca para arrasar con mi fuego este reino y hallaré satisfacción en mi eterna venganza. No hay tiempo para detenerse y seguir durmiendo. No hay tiempo para mantener el silencio. Hay que actuar. Hay que hacerlo ya. La cuenta atrás acaba de comenzar...

Sin embargo, no es fácil dar el paso. Sí, exactamente, ese paso decisivo para empezar a ser consciente de que las decisiones que tomas son las correctas, son las que verdaderamente quieres tomar. Bueno, correctas o no, eso da igual. Lo que importa realmente es que hay que salir, dar el dichoso paso. No importa si es un capricho o no, es el primero de muchos otros pasos hasta llegar al objetivo, a la auténtica meta. A ese propósito que te hace sentir vivo.

Pero tengo miedo. Y creo que es algo normal. Aún así, no puedo evitar tener miedo de tener ese mismo miedo. Porque he caído demasiadas veces. Porque he perdido demasiadas oportunidades por tener miedo. No obstante, es importante tener miedo, o eso creo. ¿El por qué? Porque así puedes llegar a ser consciente de la realidad, de lo que sucede a tu alrededor.

La cuenta atrás ha comenzado. Ya no se puede detener el reloj. La rosa está floreciendo y mi determinación debe apoderarse de cuanto valor y coraje pueda. Se acerca el momento del resurgir. Se acerca la verdad. Se acerca la hora cumbre, el apoteósico climax final. ¿Estaré preparada? Algo me dice que no. Pero no tengo por qué estar preocupada, pues una vez lo pierdes todo, dejas de sentir temor, incluso ese el cual te hace dudar de tus propios pensamientos. Finalmente, ya no hay cabida para la inseguridad. Aunque me abrume no saber si mis decisiones son correctas o no, esto es lo que debo de salir. Esta es la única manera que viable de poder salir de la oscuridad. Aunque me lleve lejos, a tierras desconocidas... Estoy segura de que será mucho mejor que permanecer aquí encerrada entre agonías y malos pensamientos.

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