» Amargos recuerdos con sabor a ciruela.

    "Cuando creía que ya todo lo había olvidado..."

He caminado durante horas por laberintos de árboles y flores, pero no he encontrado la salida. He buscado entre la hierba y rogado a la luna, pero no he obtenido la respuesta que quería. Los pies me duelen, la vista me falla. Quiero salir de aquí, pero no encuentro ninguna salida. Hoy era el día de buscar libertad, pero fuertes ataduras hacen que me mantenga atrás. 

Todo da vueltas y en mi cabeza una pequeña vocecita me hace delirar. ¿Cómo puedo escapar?. Siempre la misma pesadilla. Abro los ojos y miro como me descuartizan mi hermoso y bello cuerpo. No siento dolor. Sangre por todos lados. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Aquí estoy. Parezco un drogadicto que no para de bailar en este Edén. La voz interior me ha revelado otra alternativa. Intento buscar una salida, pero este lugar no tiene límites. 

Desde un acantilado salto para poder sentir como los pájaros. Mírame, estoy volando. Caigo al agua y me hago daño en el pecho. Intento nadar hasta la superficie, pero algo hace que mi cuerpo caiga hacía el fondo. No puedo respirar, pero tampoco siento que me ahogo. Veo entre los peces una gruta lo suficientemente grande para que mi cuerpo pueda penetrar en él. Entro. Más agua. Algo brilla al fondo. No sé que es, pero cuanto intento nadar hacía él más largo se hace mi camino. 

Cierro los ojos y los vuelvo abrir. Ahora no hay agua y en el suelo rocoso me hallo. La luz sigue brillando intensamente. Sigo la luz. Un árbol se ubica en el centro de esa luz. Podría ser un manzano, pero no. Podría ser un limonero, pero no. En un árbol que los únicos frutos que da son botellas de cristal con un rojo licor dentro. ¿Qué es?. No lo sé. Lo alcanzo y lo abro. Bebo de él. No sabría describir su sabor, pero es adictivo. Bebo más. Se me sube a la cabeza. De pronto empiezo a bailar sensualmente alrededor del árbol de hojas rojizas. Me desnudo para sentir que formo parte de esa extraña naturaleza. La voz sigue susurrándome de una forma que hace que me excite. ¿Dónde estoy?. ¿Qué tipo de realidad es esta?. Cierro y abro los ojos de nuevo. 

Peces fuera del agua volando en círculos a mi alrededor y susurrando mi nombre. Sigo bebiendo hasta que mi cabeza empieza a sentir dolor. Quiero que se marche. Con todo mi cuerpo destapado me tiro de cabeza al agua, pero no caigo en ella. Abro los ojos de nuevo y, nuevamente, en el jardín me hallo. ¿Qué ha sucedido?. No lo sé. Un túnel de enredaderas me conduce hacía una llave incrustada en la roca de bastante admirable tamaño. Intento sacarla de ahí, pero eso hace sangrar mis manos. Me da igual, no siento dolor. La tengo en mi poder y cuando me doy la vuelta una grande y dorada puerta aparece ante mí con dibujos de un hombre y una mujer desnudos y con los cuerpos pegados el uno con el otro, tallados en él. 

¿Será el lugar donde me llevará a conocer el placer verdadero?. La llave penetra la cerradura. Me excito. Y cuando abro la puerta, de nuevo una luz brillante me daña los ojos. Cierro y los abro de nuevo. Ahora sentada en una cama estoy. Con mis ropajes oscuros y largos. Una cama familiar. Me giro y encuentro una caja pequeña y hechizante. 

¡No, Pandora!. La abro y, de pronto, mi ropa y mi cuerpo manchados de sangre están. Incluso inconscientemente derramo lágrimas de sangre. Ahora sí empieza el dolor y la cabeza me arde. Voces de hombres me insultan. Llevo mis manos a la cabeza y suelto la caja que cae el suelo. Cierro los ojos con fuerza, los vuelto a abrir. Tumbada en la hierba me hallo con una hermosa cajita a mi lado. La abro y la historia vuelve a empezar.

¡Que alguien me salve de mi locura!